Algunos sucesos que ocurrieron en el 112 de Ocean Avenue eran fenómenos de poltergeist. La mayoría de ellos se encontraban en la actividad de las puertas y ventanas, cuando se abrían supuestamente solas. Una de las víctimas de esos incidentes fue Chris, que estaba jugando en su habitación con Danny, y de repente se cerró la ventana cuando él tenía los dedos ahí.
Empezó a gritar fuertemente de dolor y George subió corriendo. Libró al niño de la ventana como pudo y lo llevó al hospital. Sorprendentemente, los dedos del niño estaban completamente planos pero no se había roto ningún dedo. Otra víctima del poltergeist fue George, que durante dos noches consecutivas, se despertó a las tres y cuarto de la madrugada escuchando bombos, trombones y platillos en el piso de abajo. Parecía un desfile militar.
Cuando entró en la sala de estar todos los muebles estaban apartados hacia los lados, como si alguien hubiera hecho sitio para hacer, efectivamente, un desfile militar. En otra ocasión, George experimentó otro suceso de este tipo. En la sala de estar tenían un león de porcelana que de vez en cuando se movía supuestamente solo. Un día, el león se había movido hasta el suelo, y George tropezó con él. Al levantarse , tenía en el tobillo, lo que parecían ser las marcas de unos colmillos que le habían mordido.