Reunión familiar

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-Simón -, susurraba Luna después de dos toques a la puerta.
-¿Ámbar?-, volvió a susurrar sin obtener respuesta, había decidido entrar pero se encontró con que la puerta tenia seguro, casi soltó una risita picara al pensar en el por que su hermano pondría el cerrojo.
-Simón -, volvió a insistir, aun cuando odiaba molestarlos su mama había pedido que los despertara para recibir a Gastón.
-Simón, Ámbar -, murmuro con toques leves.

Ámbar se revolvió al escuchar su nombre, tardo segundos en enfocar su atención y despabilarse para oír a Luna llamarlos desde afuera.
Casi sonrío al mirarse tumbada en el pecho de Simón aun en el sofá, la verdad había sido que tenia demasiado sueño, aquella amenaza de que no dormiría mucho la noche anterior había sido cumplida, lo cual le hizo sonreír y sonrojarse tenuemente, se levanto y se puso el suéter y su ropa interior mientras abría levemente la puerta.

-Buenos días Luna -, dijo asomando la cabeza, Luna sonrío al verla y mas aun al notar su ropa del día anterior.
-Buenas tardes diría yo Ámbar, pasan del medio día...pero es sábado así que-, su encogió de hombros restándole importancia mientras Ámbar se sonrojaba.
-Lo siento no quiero molestar...supongo que el flojo de mi hermano aun esta dormido, pero mama pidió que los despertara mientras ellos iban por Gastón y Nina-, susurro mientras Ámbar asentía, no podía creer que hubiera estado hasta tarde aun recostaba.

Luna se despidió con la mano mientras Ámbar cerraba la puerta.
-Sr. Perfección levántese ya-, susurro en el oído de Simón sentada en la orilla del sofá.
-Seguimos con el mismo tema-, murmuro Simón con una tenue sonrisa.
-No...me ha quedado claro tu punto de vista-, susurro Ámbar y Simón río tenuemente.
-Tus padres ya fueron a recibir a tu hermano, debemos estar listos para cuando vuelvan-, dijo Ámbar recogiendo la ropa tirada.
-A Gastón no le molestara si aun nos encuentra dormidos-, murmuro con los ojos entrecerrados.
-Simón -, llamo Ámbar mientras tomaba un cambio de ropa para ducharse.
-Tengo sueño-, susurro el contra el sofá.
-Ah y yo no-, dijo Ámbar en forma irónica.
-Tu fuiste el de la idea de que la noche fuera demasiado agitada-, susurro ella mientras el sonreía.
-Ey... es solo mi buena disposición a cumplir el acuerdo...-, se burlo mientras le sonreía pícaramente.
-Y yo como buena novia te digo que tienes que levantarte para recibir a tu hermano-, le dijo mientras se dirigía al cuarto de baño.
-OK, OK-, murmuro Simón mientras ella cerraba la puerta.

Después de ducharse, Simón se dirigió al baño con sus ropas en la mano, aun cuando el sexo entre ellos se estaba volviendo algo definitivamente bueno aun sentían como si fueran dos desconocidos actuando furtivamente, era excitante si...pero penoso también.
Aun esquivaban miradas mientras se dirigían a bañarse o se terminaban de cambiar.
Ámbar estaba cepillando su cabello mientras bostezo desganadamente a lo que Simón sonrío mientras ella bufaba.
-Te ríes de tu delito... criminal-, acuso ella y el sonrío.
-OH si soy culpable-, dijo el con una sonrisa ladina mientras se acercaba a ella, Ámbar se sintió nerviosa y a la vez deseada, el la miraba como nadie la había mirado y su contacto cada vez era mas desconcertante, su sola cercanía erizaba su cabello.
-Los lentes-, dijo el tomándolos del armazón, mientras ella rodeaba los ojos ante su sonrisa burlona.
-Lo ves no se puede culpar a alguien si la victima esta tan dispuesta-, susurro el a su oído.
-Si claro Álvarez ...-, murmuro ella tomando sus lentes.
-Admítelo Ámbar , hay que ser sinceros con uno mismo-, anuncio Simón mientras no estaba seguro si tomar ese consejo para si mismo, pues hablando claro, si era cuestión de disposición el pensar en esperar hasta que cayera la noche para cumplir con su parte de aquel trato lo dejaba demasiado...exasperado.

Ella sonrío antes de acercarse a el aun con los lentes en la mano.
-Lo admito...me encanta tener sexo contigo.-, murmuro contra sus labios mientras Simón jadeaba levemente y buscaba sus labios.
-Lo ves...todo es cuestión de admitir-, dijo ella dejándolo ahí parado mientras sonreía burlonamente.
-Empate-, admitió Simón antes de que el mismo cayera en sus juegos.

ACUERDO PERFECTO                                            |SIMBAR|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora