Capítulo 3 [Final].

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JongIn había pasado una jodida noche. Sentía sus ojos llenos de arena y le era imposible prestar atención en clases. En la segunda clase donde el Profesor lo amonestó por no prestar atención, se dio por vencido y se tomó el día libre. 


Todos sus pensamientos eran un caos. Aún no podía creer que hubiera hecho esa estupidez la noche anterior. ¡MIERDA!. Estaba en aprietos, y todo por un estúpido error. 


La maldita semana que estuvo de modelo para el cuadro de KyungSoo, habían sido los siete días más largos y jodidos de su vida. Esa semana había sido una semana infernal. Sus emociones habían dado un giro de 180 grados. Ya no sabía ni quién diablos era. Toda su convicción de ser un hombre heterosexual que gozaba de las mujeres se había ido al desagüe. 


Cada minuto que pasó bajo la mirada atenta y perceptiva de KyungSoo había sido una tortura. Tuvo que ocultar su polla en todas las sesiones, y no era por pudor, no, era porque no podía evitar ponerse duro cada vez que sentía los ojos del castaño puestos en su cuerpo. 


Todas las malditas noches mientras estaba bajo la penetrante mirada de KyungSoo, había tenido una jodida erección, y demonios, eso lo había tenido muy confundido. Su polla había latido por la atención del más bajo, y se había sentido muy frustrado por eso. Cada fin de sesión había terminado con él masturbándose en el baño con imágenes del de ojos grandes en su mente. 


Esos días había podido prestar más atención a Soo, y se había dado cuenta que su mejor amigo se había vuelto un hombre muy atractivo. Su cabello desaliñado lo hacía ver muy sexy, y su pálida piel parecía de porcelana, sus profundos ojos oscuros eran los que provocaban que su erección saltara cada vez que su mirada se topaba con ellos. Cada noche había notado algo nuevo del pintor que hacía que su excitación aumentara exponencialmente. 


Había pensado que el estar sin sexo toda esa semana lo tenía caliente y que cualquiera bastaba. Pero ayer, al darse cuenta de la forma que KyungSoo deslizó su mirada por su cuerpo, como su pudiera tocarlo, había sido su perdición. 


Al acercarse a preguntarle por el cuadro, no había planeado lo que pasó. Pero al ver el hambre y el deseo en los profundos ojos del más bajo, había perdido el control. Había tomado su boca como un hombre hambriento. Y, joder, había sido el mejor beso de su vida. Su jugosa boca lo había hecho perder la razón. 


No sabía cuántos minutos habían pasado, sólo se había concentrado en devorar esa caliente boca. La respuesta de KyungSoo, al corresponder su beso, lo había encendido más que nunca. ¡Diablos!. Nunca había besado a un hombre, pero el sabor almizclado y prohibido del castaño había sabido a ambrosía para él. Su libido se había elevado a alturas inimaginables. 


Nunca imaginó que besar a su mejor amigo sería así de asombroso. Sus labios eran suaves, y su boca se había amoldado a la suya como si estuviera hecha sólo para él. Con cada toque de su lengua, su polla se había endurecido más. Había estado a segundos de correrse, y eso había sido sólo con un beso.


Así que tuvo que alejarse.


El miedo había recorrido su ser al percatarse de lo que había hecho. No era gay, así que no entendía por qué había disfrutado tanto de ese beso. Eso sumado a sus temores, lo habían hecho decir que fue un error. No había podido mirar a KyungSoo a los ojos, lo había aterrorizado lo que podía encontrar en ellos. 


Ya no podía seguir posando para él. Esos sentimientos que le producía al estar desnudo frente al pintor tenían que parar. ¡Por Dios!, era un hombre, y le gustaban las mujeres. Quizás debería recordase eso, debería recordar el sabor, el calor y la suavidad de una mujer. 

Lienzo al desnudo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora