Triste realidad

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En un día lluvioso entre las lejanías de la ciudad se podía divisar una vieja mansión, alguna esta mansión estuvo llena de vida pero ahora se encontraba tan vacía como su dueña. Mirando por la ventana se encontraba una joven, Leila era su nombre de sedoso cabellos negros que caían como copos de nieve hasta sus hombres, de tez clara como la nieve y bellos ojos zafiro , vestida con un vestido tan negro como la noche misma.

Por las mañanas ella iba a la escuela y en las tardes contemplaba el cielo desde su ventana, pensando en su patética vida tratando de hallar algún recuerdo que pueda atesorar, mas no lo encontraba pues lo cierto era que su "vida" era un terrible infierno, en clases sus compañeros se empañaban en mal tratarla física y emocionalmente pues según ellos un "fenómeno" como ella no debía existir y ella sabia el motivo era buena en casi todo y su rendimiento escolar era destacable pero era diferente a los demás, mientras que los demás hablaban por medio de palabras, ella no podía articular alguna palabra y no por ser tímida mas bien era por haber nacido muda y los demás se lo recordaban a cada momento con frase como -"Hay esta la muda"- "Mírenla nos va a acusar con la profe ah ¿verdad? no puede"-" Tu no deberías existir, solo eres un fenómeno"-" has un favor al mundo y muérete", sus padres trabajaban siempre hasta tarde y regresaba en la noche tan cansados que se iban de frente a dormir por lo cual pocas veces los veía, en fin así era su vida y ya estaba acostumbrada, realmente ya nada le importaba, para ella ya nada tenia sentido, siempre la misma rutina"despertar-ir a la escuela-criticas-burlas-criticas-dormir y así se repetía día tras día.

Fue cuando lo entendió, no tenia razón para vivir, por que vivir en un mundo tan podrido por el odio, la avaricia y el rencor. Simplemente no tenia sentido por que la gente se empeñaba tanto en vivir si al final todos perecerán, no lo comprendía era ilógico para ella ,y finalmente lo decidió, la mañana en la debía comenzar su rutina nadie la la vio salir de su casa tampoco le tomaron importancia  sus padres tampoco se dieron cuenta ya que salieron temprano al trabajo, un gran error de su parte pues esa mañana ella le dio fin así triste desolada y monótona vida, dejando solamente un mensaje en la palma de su mano derecha antes de caer en un sueño eterno del que no despertaría.

Aquella noche sus padres pudieron leer con total claridad el mensaje dejando por la joven mientras lloraban desconsoladamente en el proceso, pues aquellas palabras decían verdad:

Nadie entenderá mi muerte porque jamás se pusieron a pensar como me sentía ,pero ahora por fin estaré en paz conmigo misma

 y como todos solo al final se dieron cuenta de lo que les quiso decir, aunque ya era muy tarde su pequeña niña ya no volvería.   

Muerte de una muñeca rota (one-shot)Where stories live. Discover now