Alcoba. {KiriKami Fanfic}

III

Pudo haber escapado, en serio que pudo hacerlo, pero la penetrante mirada de la chica de cabello morado sobre él, era suficiente para ponerlo completamente tenso.

—Ya lo apague, puedes salir.—fue lo único que dijo Kyouya, haciendo que Denki saliera de su apartamento.

El pelirrojo tragó saliva antes de abrir los ojos por completo, nervioso ante la situación que se le presentaba.

Al otro lado, su ex amor lo miraba expectante.
—Así que no lo soñé...¿eh?.—Susurró mas para el que para alguien más.

—No, dudo mucho que lo hayas soñado.—Respondió, en un murmuro entre dientes.

Kaminari le dio una pequeña sonrisa de lado, nervioso.
Su mirada lo recorrió, sonrojándose levemente.
—Tú, has estado trabajando duro.—Dijo en voz baja, observando  los trabajados músculos de Kirishima.—Eh oído que eres un héroe elite, ¿no?.

El pelirrojo se sonrojo por aquella descarada mirada.
—Si, si, me va bastante bien.—Dijo entredientes, con una sonrisa media forzada.

El lugar quedó un incómodo silencio, que por suerte, Jirou rompió con una carcajada.
—¿Sabían que son irremediablemente ridículos?.—pregunto, aún riendo.—Ya me aburrí, puedes irte Kirishima, fue un placer volver a verte.—se despidió, agarrando a el rubio por el hombro, y entrando a la casa junto a este, dejando perplejo al pelirrojo.

—Oh, está bien...

Sintiéndose incómodo por lo que acababa de pasar, entro a su hogar, soltando un fuerte suspiro.
—Ah, mierda...

[• • •]

Tarareaba una canción mientras se hacía el desayuno, intentando no pensar en su problema con Denki, sin embargo, pensó seriamente que debería comprar una cortina.
Volteo su vista hacia el balcón de a lado, se podía observar la sombra del chico desayunando en silencio.

Eijirou tragó saliva al recordar la cantidad de veces en las que prometían vivir juntos, y nunca desayunar con un completo silencio.
Rasco su cuello, con nerviosismo.

—Deja de pensar estupideces, idiota.—se reprendió, dándose un ligero golpe.

Sin embargo, desayuno en completo silencio, viendo de reojo cada cuantos minutos a su vecino, hasta que este salió de su apartamento.

—Cortinas, cortinas.—susurró, recordando.

Limpio sus trastes, se cambió, y salió de el lugar, dirigiéndose al elevador, picó el botón para que este se abriera, y esperó.
—Cortinas.—murmuró nuevamente.

¿Debería ir solo?, si recordaba, Mina y Sero tendrían una salida ese día, pero no sabía si Bakougo también.
Sonriente, le llamó, listo para molestarlo un poco.

—¿Que mierda quieres?.—se oyó a nuestro gentil Bakougo decir.

—¡Blasty, mi amor, mi vida, mi todo!.—Bromeo, sabiendo la molestia que le daba a Katsuki ser llamado así.

Sin embargo, no contó con que en ese momento se abriera la puerta del elevador, dejando ver a un sorprendido Denki, enfrente suyo.
—Buenos días...—murmuró, después de unos segundos, pasándose de largo.

Los oídos de Eijirou de repente se habían cerrado para los insultos de su amigo, y estaban completamente atentos a los torpes pero rápidos pasos de Kaminari, quien se dirigía a su propio apartamento, hasta oír que el chico cerraba la puerta.

—..aldito!, ¡contesta!.—Empezó a oír la voz de Katsuki.

Inmediatamente, salió de su mini-shock, entrando al elevador mientras fingía una risa para su amigo.
—¡Acompáñame a comprar cortinas!.—Pidió.—No te molestes en venir a traerme, te esperare allá~.

—No, ni puta madre.—Fue su última palabra, colgando.

Kirishima no insistió más, pensando en la mirada sorprendida del rubio de rayo al decir esas palabras a Katsuki.
Sin embargo, pudo notar decepción en sus ojos por un instante casi fugaz.

Se talló el rostro con las manos, y soltó un largo bostezo.
—Deja de pensar en el.—Se ordenó, saliendo del elevador.

[• • •]

Miró la cantidad de cortinas en el lugar, suspiró.
No era alguien que se preocupara por los detalles, con que fuera una cortina que tapase bien, y sea roja, le bastaba.

Recorrió el lugar sin ponerles verdadera atención, la música rock en sus audífonos le retumbaba en los oídos estruendosamente, aunque, tampoco le ponía verdadera atención.

Dio una vuelta por el pasillo, y regresó a las cortinas, sin embargo, observó la llamativa cabellera rubia con un mechón de rayo pasearse por allí.

Inmediatamente, se escondió.
—No jodas...—susurró, comprobando que su cubre bocas y su gorro estén bien puestos.

Dio una vuelta más a lado de la sección de cortinas, esperando que cuando regrese, el rubio no estuviese allí.
El tiempo pasaba increíblemente lento, tan solo quería agarrar su cortina, e irse, y aunque el destino no cooperaba con su incomodidad, tendría que arreglárselas así.

Volvió a la sección de cortinas, y aprovechando que Kaminari (que seguía ahí) estaba de espaldas en donde el agarraría su cortina, apresuró su paso, y tomó la primera que encontró.
Sin embargo, no contó con que por accidente, golpeó la espalda de Denki con la esquina de la cortina, sobresaltando al chico, y haciendo que se voltee.

—¿Kirishima?.

—Hey...

El silencio era tan incomodo como estaba acostumbrado desde que rompieron,  ambos viéndose frente a frente sin decir absolutamente nada, pero al mismo tiempo, diciéndose todo.

—¿Quieres tomar un café por ahí?.