18º DE MAL EN PEOR

66 6 0
                                    

El sol estaba cada vez más alto, Halcón y Rex caminaban hacia el reino de Azca, Rex miraba constantemente hacia atrás preocupado y nostálgico por su amigo, ya muerto.

- "Nevado, ¡No te mueras...!"

Gracias a Nevado, tuvieron tiempo de escapar y llegar ilesos al reino de los gatos de Azca. Estaban entrando en la primera frontera, pero Halcón se puso en medio.

- Espera oculto entre estos setos, si entras, mi clan te podrá descubrir.

- Bien.

Rex obedeció y Halcón fue a buscar a su hermana, la encontró entre unos arbustos, buscando presas.

- Hermana.

- ¿A qué has venido? ¡Mejor vete con tu novia!

- Hermana ésto es serio.

- Te dije claramente, ¡Que no quería saber nada de tus problemas!

- Es que ésta vez no son sólo mis problemas...

La gata lo miró intrigada.

- ¿Qué ha pasado?

- Ven.

Halcón llevó a su hermana a donde estaban Shira y Rex, la gata al ver al perro se sobresaltó del susto.

- ¡AH! ¿¡Que significa esto!?

- ¡Ssh! ¡Calla hermana!

- ¿Ahora te traes un perro al clan? ¡Al menos ya tengo claro de que parte estás!

Halcón puso una pata encima de la boca de su hermana. La gata se tranquilizó.

- Escucha, es una larga historia. Éste perro esta de nuestra parte, tranquila, no pertenece al clan de Colmillo Mortal.

- Halcón, ¡Es un perro, joder!, es que de verdad no entiendo como puedes-

- ¡Déjame explicarte, por favor...!

Maulló desesperado.

- Bueno, si no es un espía ni pertenece al clan de ese lobo ¿Qué hace aquí?

- Él está aquí... por ésto.

Halcón sacó de entre los arbustos a Shira inconsciente y llena de sangre. Leona no cabía en su asombro.

- ¿Te has vuelto loco? ¡No puedes traerla aquí...!

Susurró muy alterada.

- Hermana, está  herida.

- Ya la veo, pero, ¿Qué piensas hacer? ¿Esconderla aquí y esperar que nuestros vigías no la vean? ¡Piensa un poco, Halcón...!

- Llevo escapándome del reino tres días seguidos y nadie excepto tú me ha visto, ¿Crees que de verdad la pueden ver?

- ¡No es lo mismo! Si se queda, el clan podrá olerla, ¡¿O es que tú no tienes  olfato?!

- ¿Y entonces qué hago? ¡No pienso dejarla morir...!

- Tu solito te has metido en este lío, tu sabrás lo que haces. Yo no puedo ayudarte en ésto, ¿Tu sabes lo que pasaría si mamá se enterara?

- ¿Enterarme de qué?

Ambos gatos miraron asustados y petrificados hacia la salida del arbusto, Halcón se aterrorizó cuando vio, ¡A Escarlata al otro lado!

- Madre...

Halcón salió del arbusto donde se reunió con su madre.

El gato la miraba asustado y confuso, no sabía que decir, de alguna manera sabía que se había metido en un buen lío.

- Y bien, Halcón, ¿Qué tienes que decirme?

- Verás, yo...

El gato se miraba las patas nervioso.

- ¡Habla!

Exigió Escarlata.

- Veras... hace unos días salí del reino sin que nadie me viera. Conocí a una gata y nos hicimos amigos, el caso es que seguí yendo a verla, la conocí mejor y nos hicimos grandes amigos; Puede que algo más que eso... En fin. - Halcón trató de tranquilizarse para seguir hablando. - No te asustes, pero hoy descubrí que trabajaba para Colmillo Mortal, ese lobo con el que nos vamos a enfrentar... ¡Pero no es mala, ni nada de eso! Es decir, también descubrí que esa gata no quería obedecerle y que la tenían de esclava. Al final luchamos juntos, ella está herida, pero conseguimos escaparnos. ¿Lo he explicado bien...?

La gata lo miró seria y luego maulló:

- Resumiendo, que has quebrantado las leyes del clan. Has mentido y te has estado viendo con una gata desconocida, que encima te ha puesto en peligro.

- Sí... sería un resumen.

- Ya lo sabía.

Halcón miró a su madre con los ojos dilatados de asombro.

- ¿C-Cómo que... ya lo sabías?

- Soy la Líder, si no me entero de lo que ocurre en mi clan, ¿Qué clase de Líder sería?

- ¿Y cómo no me dijiste nada?

- Para ver hasta donde eras capaz de llegar con ésto...

La gata lo miró completa y absolutamente seria.

- Hijo, si hay algo peor que la traición, es la mentira, ¿Te das cuenta de que has estado poniendo en peligro a tu clan? ¡A tu familia!

- Lo sé madre, ¡Pero pensé que podría hacerlo, nadie se enteró!

- Nadie excepto yo y tu hermana, ¿Verdad?

- ¡Madre, yo no podía quedarme aquí! ¡Necesitaba descubrir nuevos lugares, explorar! ¡Tú misma me lo dijiste aquella noche...!

- ¡¿PERO CÓMO PUEDES SER TAN ESTÚPIDO?!

Escarlata bufó fieramente a su hijo.

- ¡No puedes jugar así con la vida de un clan! Una cosa es que quieras vivir fuera de aquí, pero no que estés yendo y volviendo para que cualquier espía pueda seguirte y capturarte, o algo peor...¿Y si esos lobos te hubieran capturado? ¡Te hubieran usado de rehén para que no lucháramos!

- Precisamente, esa era su idea.

- ¡Ah! ¿Y lo reconoces tan tranquilo?

- ¡Madre, lo siento, no podía decirle esto a nadie! Sabía que si te enterabas no lo entenderías...

- ¡Qué no lo entendería...!

Escarlata sacudía su cola de rabia al mimo tiempo que echaba las orejas hacia atrás mostrando furia.

- Halcón, que sea la última vez que me mientes, si lo vuelves a hacer, tendrás graves problemas conmigo. Y dile a ese perro que tienes ahí escondido que salga, reúnele conmigo fuera de la última frontera.

Halcón se sorprendió. No tenía ni idea de como su madre lo sabía todo. Entró en el arbusto y llamó a Rex.

- ¡Rex!

- ¿Qué ocurre Halcón?

- Tienes que salir, mi madre sabe que estas aquí.

- ¿Qué te ha dicho...?

Maulló su hermana.

- Luego te lo digo, vamos Rex.

- Halcón, Shira está empeorando, tenemos que curarla ya esas heridas, ¡De lo contrario podría morir! - Maulló Leona, preocupada.

- ¿Qué...?

- ¡Maldición, pero no puedo...!  Tengo que ir con mi madre.

- Pues venga, date prisa. - Maulló Leona.

- ¿ Y qué hay de Shira?

Halcón la miró preocupado:

- Yo cuidaré de ella. - Dijo Leona.

Halcón le devolvió a su hermana una mirada de agradecimiento. Después salió al descubierto, junto a Rex

EL CLAN DE GATOS DE AZCA: (2) Sangre en el Lago.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora