Skinny Love

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 Ginger Prescott trataba de atar su cabello lo más rápido posible. Se dejó dos mechones de cabello sueltos, e hizo dos pequeñas colas de caballo- algo desechas –a cada lado de su cuello. Tomo su labial y pintó sus labios de un bordó fuerte, para luego arrojar el maquillaje hacía su cama. Acomodó su remera holgada de the misfits y se colocó un short negro, el cual no se veía debido a su remera. Se calzó unas botas militares violetas y delineó sus ojos. Faltaban cinco minutos para que tocara la campana en su escuela, y ella recién se despertaba y terminaba de alistarse. Tomo su mochila, se la colgó en el hombro y salió disparada hacía la escuela. Saludo a sus padres, agarró el tazón con cereales con una cuchara y salió de la casa. Mientras que corría, trataba de comer el tazón con cereales, manchando todo el suelo de leche y cereales. Así eran todas las mañanas, ya que su reloj despertador sonaba diez minutos más tarde, pero ella se negaba a cambiarlo, ya que la despertaba con una canción de nirvana y aquello le daba más energía para ir a la escuela.

 Al llegar a destino, lavó el tazón sucio con el agua del bebedero y lo guardó en su mochila, captando las extrañas miradas de los demás adolescentes que entraban a la escuela. Caminó hacía su casillero y mientras guardaba sus libros, alguien jaló de ambas colitas de caballo  al mismo tiempo.

—Tienes un segundo para irte a la mierda antes de que…

 No pudo continuar, ya que, al darse vuelta mientras amenazaba al que le hubiera hecho eso, notó que era su mejor amigo, Leo Donnovan. Rodó sus ojos y lo abrazó por la cintura. Adoraba abrazarlo así, ya que Leo era alto y de contextura delgada, y daba ganas de abrazarlo y jamás dejarlo ir. Ella, inconscientemente, apoyó su cabeza en el pecho de Leo, cerrando los ojos y dejándose llevar- quizá –demasiado.

—Ginger, nos vimos ayer —bromeó Leo, mientras le sonreía.

 Pero a ella no le importaba. Debía aprovechar ser la mejor amiga de Leo, tenía beneficios como abrazarlo y besarle todo lo que ella quisiera, a su tiempo, claro, si no sería demasiado incómodo. Si, Leo le gustaba, y mucho. Miento, Ginger estaba enamorada de Leo, con cada letra. Y fue amor a primera vista…

 Primer día de tercer año de escuela, eso significaba más pruebas, más profesores irritables, más trabajo, más tareas, menos ganas de ir. Ginger caminaba hacía su salón como si estuviera entrando a un cuarto de tortura. Había aplicado sombra negra en sus ojos y debajo de estos debido a las grandes ojeras que le provocaba levantarse temprano. Su cabello rebeldemente corto hasta los hombros de color rosado estaba despeinado, pero le sentaba bien. Tenía puesto un sweater a rayas negro y azul holgado y unos jeans no tan ajustados negros, ya que era otoño y el frio comenzaba a aumentar al paso de los días. Al ver el rostro de todo su curso, hizo una mueca de asco y rodó sus ojos al notar que su mejor amiga aún no llegaba. Se sentó en un lugar algo alejado, ya que no toleraba a sus compañeros de curso, tan idiotas e inmaduros. Veinte minutos pasaron, y Courtney McGuiness- su mejor amiga -había llegado. Esta se sentó junto a Ginger y luego apoyo su cabeza en el banco y cerró sus ojos. <<Típico de Courtney a las siete de la mañana>> pensó Ginger. El profesor no tardó en llegar, y ella tuvo que golpear a su amiga con el codo para que despertase.

“Alumnos, este año tendrán a un nuevo compañero. Su nombre es Leo Donnovan”

 Ginger maldijo en su interior. De seguro ese tal Leo era un idiota inmaduro al igual que todos los demás, quizá molestaría como ellos lo hacían, lanzando bolas de papel y demás actitudes de niños de primer grado. Él entró al salón, y varias chicas- muy –descaradas silbaron. Leo tenía cabello azabache y desordenado, ojos verdes muy bellos y era alto, quizá le llevaba una cabeza a Ginger. Ella no pudo- aunque quiso –quitar sus ojos de Leo, el cual se había sentado delante de ambas chicas. Las orbes celestes de Ginger se clavaron justo en la amplia espalda de él. El profesor comenzó a llamar por orden alfabético a todos los alumnos para comprobar su presencia.

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