Antes de que los puntos fueran de final lo eran de tu espalda.
Tú durmiendo con la noche mientras yo la describía, y cerca, las sombras de las olas del mar nos anunciaban el regreso del día.
No se acercan a tu mirada porque es la estación más fría, pero la niebla de mi interior aún quiere mezclarse con tu saliva. Recuerdo tu olor en mi cama, las tardes que tu risa me hizo fugitiva...
Qué bonito debe de ser el ser una maravilla, toda mirada busca poseer tu belleza pero simplemente te miran, como turistas de tu pequeña y electrizante vida...
Y yo, solo soy una golondrina que anida hasta en tus más duros inviernos, porque eres una plaga en mi desierto, eres esa canción que nunca termina, capitán del barco de mi silencio, eres mi dosis de dopamina.
Y yo... Yo sólo quiero ser arena, espuma de mar, estrella, perderme en el cielo de tus pupilas y acabar con tus madrugadas suicidas.
Antes de que los puntos fueran de final lo eran de tu espalda.
