Pretendía entender tus instintos, tus raíces, tus ansias... Pero tu luz era como intentar ver la luna entre las nubes.
El sol salió, afortunadamente, y enlazó el amor en nuestras mentes, en nuestras vidas solitarias, pretendientes a ser comprendidas, cuidadas...
Arriesgándose así al eclipse trascendente que desató la despedida.
Sabor de una noche de verano.