Sé lo que se siente cuando te levantas de buen humor, listo para comenzar tu día y que pasen las horas y todo lo que pensabas hacer, te salga mal. Yo he pasado por eso. Te levantas positivo/a para buscar un trabajo, animado para continuar con tus estudios, pero ves las cosas tan lejos. Te rindes cuando salen mal. Llegas a tu casa y no hay orden, solo se escuchan las discusiones de tus padres y hermanos. No te preguntan que te pasa o si necesitas ayuda. Solo llegas, te encierras en tu cuarto y comienzas a llorar, a decirle a Dios que por qué a ti te pasa todo lo negativo. Nadie se fija en tu dolor. No te dan ganas de comer, solo estar encerrado y dormir. Yo sé cómo se siente. Pero no estás solo/a. Sigue adelante, no te rindas de una. Piensa que no eres la única persona qué pasa por estas situaciones. Yo voy a ti. Inténtalo nuevamente.