sí, acepto.

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Ahí se encontraba Jaebum, sentado bajo la sombra de un árbol evitando que los rayos del sol golpearan su rostro y así seguir leyendo con calma uno de aquellos libros que contenían datos interesantes sobre los animales; aburrido.

¿qué hacía él ahí? simple, estaba apunto de cometer una estupidez, o bueno así lo consideraba él mismo, pero ya no había vuelta atrás. Iba a confesar aquellos sentimientos que guardó por ya hace varios años hacía su mejor amigo, pero había un pequeño problema.

¿cuál era el problema? el problema no era que ambos fueran mejores amigos, el problema que ambos eran dos chicos. Jaebum mentiría si dijera que no se sintió idiota al tener ese tipo de sentimientos —que él consideraba inapropiados— hacía un chico. También porque Youngjae era como una manzana.

¿Una manzana? ni el mismo lo sabía, pero lo que si sabía era que cada vez que veía a Youngjae su mundo iba a mil por hora, provocándole así miles de emociones que a su vez eran difíciles de expresar; pues siempre había algo que lo detenía.

Jaebum tragó en seco y cerró con desprecio aquel libro que yacía leyendo hace unos cuantos minutos.

❛¿Porqué no dejas de pensar en eso y se lo dices de una jodida vez? ❜

pensó. Youngjae estaba tardando en llegar, pero el menor también tenía algo importante que decirle. Claramente Jaebum aprovecharía esa charla tan 'importante' para confesarle sus sentimientos.

- ¡Jaebum-oppa! –sin ver al dueño de aquella voz, pudo reconocer inmediatamente de quien se trataba. Dedicándole así una ligera sonrisa.

❛ Maldición, no me llames así.

- Hey, Youngjae. –respondió Jaebum saludándolo con su diestra.

Cruzó por varios segundos miradas con la de su menor deleitándose con aquellos ojos color oscuro que tanto le encantaban, pues a pesar de que no le gustará el café como bebida, declaraba al café que coloreaba tan hermosamente los ojos de Youngjae como su favorito.

- Jaebum lo siento tanto por demorarme, pero pero ¡ah!, perdón.–musitó el menor un tanto cabizbajo por la vergüenza, misma que desapareció pocos segundos después al tomar asiento junto al mayor y arrebatar el libro que su contrario se encontraba leyendo.– ¿qué leías, eh?

- nada importante, mejor dime; ¿de qué querías hablarme? –suspiró y Youngjae desvió la mirada con un ligero sonrojo en sus mejillas.

Le gustaba demasiado aquella expresión que ponía y más si se mezclaba con el bonito paisaje que los rodeaba a ambos, sin duda alguna Youngjae era la persona con la que quería pasar el resto de los días de su vida. Jaebum se golpeó mentalmente evitando no mirar demasiado a su menor, pero era importante para él.

- Ah, yo. . . estoy un poco nervioso, hyung tú también tenías algo importante que decirme, ¿qué cosa era? –youngjae evadió la pregunta de su mayor con una misma.

Jaebum supo que era el momento que tanto había esperado, por lo que tomó todo el valor del mundo, al mismo tiempo que también tomó una de las manos de Youngjae acariciándola un poco —para no asustarlo—, y dando un pequeño carraspeo por lo próximo que estaba a punto de decir. Sí, iba a sacar aquellos sentimientos que en un principio consideraba inapropiados y por fin, después de tanto tiempo le confesaría su amor.

sí, acepto. ━ 2jae Donde viven las historias. Descúbrelo ahora