Capitulo 1 (Fye)

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La vida da mil vueltas y más cuando se trata de mi, hace una semana llegó un profesor extrañamente guapo, todos estaban babeando por él, pero yo.. yo estaba... ¡Muriendo por él! No podía verle a los ojos porque me derretia ¡ estoy exagerando! Esos ojos granada como el color de la sangre me hacían ver estrellas sin ser de noche, él me hacia sudar sin necesidad de ejercicio, él me hacia sonreir torpemente sin chiste, él me hacia cambiar solo por ser él. 

De verdad deseaba algo con él, pero simplemente no se podía, la relación maestro con estudiante no era bien vista.. mmm... pero si él me da una oportunidad a todos los puedo mandar a la... mejor no digo. Me gusta, estoy enamorado de él y haré todo lo posible para conquistarlo.

Su seriedad me mataba y me comportaba mal solo para que me llamara la atención y me viera, nunca fui bueno en clase y podía tomar ventaja en eso ¡Claro! Tenia un plan en mente, estaba vez haré que me mire bien...

Estaba ahí en su clase, él me daba la espalda y así tenía la vista perfecta de su... Maravillosa caballera negra. Repito, Kurogane es perfecto.

Yo me encontraba sentado, viendo hacia el reloj que estaba estratégicamente puesto en la pared, solo faltaban 10 minutos para salir y yo aún no tenía un gran plan, necesitaba hacer algo malo para que ese hombre me dijera que me quedara como ayer a Irie y así hacer lo que quería.

Me levante y con un plumón negro permanente, comencé a rayar el pizarrón sin rumbo fijo, todos comenzaron a reír por mis dibujos algo ¿Raros?, estuve a punto de dibujar un pene si no fuera porque una mano sujetó mi muñeca con brusquedad haciendo detenerme de inmediato. Él me miraba con enfado y yo solo sonreía como idiota al no saber que más hacer.

-Profesor Kurogane... -Dije al sentir cada vez más el apretón en mi muñeca -Me hace daño.

-Te quedaras en la salida, Flourite -¡Bingo! Lo tengo. Solo asentí evitando sonreír y que mi plan se fuera al carajo.

Tomé asiento, esperando a que tocaran la salida y así poder ejecutar mi pequeño plan... No pasó mucho tiempo cuando escuché el esperado sonido ensordecedor. Todos se levantaron y se marcharon enviando miradas de compasión, uno que otro al salir me sonreía entendiendo mi plan, yo solo miré hacia el pizarrón aunque sentía su pesada mirada en mi nuca.

Cuando por fin estuvimos completamente solos, él se encontraba en su escritorio sentado en una silla y yo en mi pupitre expectante a sus acciones. Me levanté acercandome a la puerta y la cerré, extrañamente él no me regaño - ya que es lo único que sabe hacer-. Me acerqué a él y quedé frente a su escritorio, mirándolo fijamente, sonriendo como siempre.

-¿Qué es lo que tanto quieres? -Me pregunto desde ahí haciendo que mis ojos se abrieran de golpe "¡Mierda! ¿Sabe lo que quiero?". Si era así que horror -¡Responde! 

-Profesor Kurogane... -Dije con un fuerte rubor en mis mejillas, ya había llegado lejos, era ahora o nunca -Yo quiero...

-Habla claro -Hablo con su típica seriedad que me erizaba la piel y más. 

-Yo...

-¡Dilo!

Rápidamente me subí al escritorio, acerqué mi cara a la de él y... lo besé. ya no podía soportarlo más, mi cuerpo lo anhelaba, yo lo deseaba... Fue algo impulsivo pero jamás había sentido algo tan delicioso como sus pequeños labios, era como un elixir al cual no podías alejarte.

Él intentó alejarme pero tomé su rostro entre mis manos profundizando aquel tacto, no fue mucho el tiempo que esperé para meter mi lengua en su cavidad, recorriendola y memorizandola ya que lo más seguro es que esta sería la primera y la última vez que lo besaría, luego me expulsaría, creo... 

Para mi sorpresa, su lengua ahora estaba en mi cavidad, paseando con ella con experiencia y dominio, yo era nuevo en todo esto pero eso no quitaba mi deseo sexual, pero él... él era un experto en esto, mi cuerpo comenzó a arder y la ropa me incomodaba. A como pude, sin separarme de sus labios, bajé del escritorio y me senté en sus piernas. Kurogane no era viejo, hasta me sorprende que fuera profesor, sin embargo, agradezco que hoy este aquí y que me corresponda, aunque si pasa algo más allá de un apasionado beso, para él solo sería sexo y para mi sería amor... que triste entender eso antes de que pase.

Lo sentí abrir los botones de mi camisa sin dejar mis labios, luego de que terminara su rápida acción, metió su mano dentro de ella y toco mi piel... Mi cuerpo caliente tembló ante sus manos frías y grandes, yo estaba apunto de estallar y ya comenzaba a sentir un bulto donde yo estaba sentado, de un momento a otro, dejó mis labios y sonrió, una sonrisa tan diferente a las que hubiese visto antes en él.

-Sabes... -Dijo con un tono tan seductor o eso creo yo -Eres bueno besando pero lamentablemente no me gusto tanto, mejor quítate -La sonrisa tonta que yo tenía se quitó inmediatamente, mis ojos se humedecieron ante aquellas palabras tan humillantes, jamás me imagine que eso pasará.

-Yo... ¡Eres un imbécil! -Grité con molestia, me sentía humillado y al mismo tiempo, usado.

Me levante de él, tome mis cosas y salí corriendo al baño para arreglar dos problemas: Limpiar mis lagrimas y el de mi entrepierna.

Cuando terminé eso, me dirigí a mi casa entre pensamientos ¿Qué había hecho mal para recibir tal acto? Él correspondió con deseo y algo más en su tacto me hizo sentir protegido ¿Por qué Kurogane quiso alejarme así? Soy solo un chico al cual las hormonas le vuelan y él ese motivo. Siento que mi corazón se rompió.

Entré, comí un cereal, me bañé y me acosté en mi cómoda cama. Necesitaba hablar con alguien o aunque sea me dieran un pequeño consejo para esta situación, tomé mi celular y comencé a hablar con mi mejor amiga por mensajes.


Con eso último lo dejé y marqué al celular de Ashura, mentiría si dijera que no me sentía nervioso, ese chico es algo extraño

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Con eso último lo dejé y marqué al celular de Ashura, mentiría si dijera que no me sentía nervioso, ese chico es algo extraño. Él siempre me ha pedido una oportunidad, si Kurogane no muestra ningún cambio, me quedaré con él aunque no quiera, es mejor eso a ser humillado con la mirada de mi profesor. La primera vez no me contestó, tuve que colgar y volver a llamar, hasta que se dignó a atender mi llamada.

-"Hola" -Dije para saludar y empezar mi larga y planeada conversación. 

-"Oh, mi querido Fye" -Mencionó con su fastidiosa voz. Eso me quitó la sonrisa que llevaba.

-"¿Quieres ser mi pareja?" -Dije sin rodeos, sin mostrar ningún sentimiento, nisiquiera me interesó fingir. Creo que si él no se siente amado puede tomar la opción de rechazarme e intentar ir con un especialista.

-"Claro ¡Claro! -Escuche un grito de alegría que casi me deja sin oídos -"Te amo"

-"¿No es muy pronto para decir eso?" -Dije sin enteder el porque lo decía.

-"Siempre lo he hecho" -Afirmó con seguridad.

-"Bueno, nos veremos mañana" -Sin esperar respuesta colgué y tiré mi teléfono, la verdad es que ese sujeto es algo intenso, para nada fue la corversación larga que esperaba pero no importa.

Me acosté boca arriba, tratando de pensar en lo que iba a pasar, en lo que iba a suceder, en lo que iba a conseguir... 

La verdad es que no me dolia tanto la humillación del maestro Kurogane, me enojo más que se excitara al igual que yo pero no lo demostró o terminó con lo que me hizo senti. 

No pude soportarlo retener las lágrimas y al rato quedé dormido.

¿Y si me enamoro de ti? ~Kurofye~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora