Efecto Galaxia

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Frente a sus ojos una noche estrellada. Como la anterior y probablemente como la siguiente. Parecía como si ese cielo no cambiara nunca, como si fuera siempre el mismo. Después del entrenamiento de cada noche, los tres se habían quedado dormidos. Kaito justo en el medio y Saihara usando el brazo del otro a modo de almohada y ella en el otro lado recostando su cabeza en su pecho. Decidió quedarse ahí, sin intención de moverse, mirando las inmutables estrellas sintiendo como sus párpados volvían a pesar toneladas y sin darse cuenta, cayendo sin quererlo en los brazos de morfeo.

Entre la consciencia e inconsciencia oyó voces. Podia oirlas, sin embargo aún seguia bajo los efectos del sueño. Profundo y tentador sin poder abrir los ojos. Sintió como su cuerpo era elevado hacia arriba, para luego ser depositado encima de la espalda de alguien. Rodeo sus brazos alrededor del cuello de esa persona y se dejo acunar por su caminar. Era cálido y reconfortante, rodeado por un aroma agradable. Anhelaba que ese momento fuera eterno.

Pero en la realidad predominaba la injusticia y lo efímero.

Al menos eso pensó, viendo el paisaje desaparecer delante de sus ojos en el vehículo que la devolvería a casa. Después de su estadía en uno de los reality show mas populares del mundo: Danganronpa. Nada mas salir por el agujero que Kiibo había creado, se dio cuenta en un instante que fuera de esa cúpula en la que habían estado atrapados por tres meses, era sin duda, el mundo real.

Un estudio de televisión enorme donde había cámaras y equipo de grabación junto con otros artilugios. El personal que estaba ahi, se quedo inmóvil y en silencio, mientras los últimos supervivientes miraban hacia ambos lados asombrados. Lo que ocurrió a continuación fue rápido y concreto. La compañía del reality Show, se arruino después de aquello y ya no tenia sentido seguir manteniéndoles encerrados. El publico había hablado, no mas Danganronpa. Les prepararon unos coches para devolverlos a sus respectivos hogares, aunque al principio temían separarse por miedo a que fuera otra de las trampas del programa. Debido a eso, les dieron teléfonos para que se comunicaran entre ellos si sentían que algo no iba bien y les aseguraron que estaban en el mundo real. Ni siquiera una disculpa por lo que pasaron, unas palabras de arrepentimiento, nada.

Maki tenia sentimientos encontrados con la realidad ¿Podria ser feliz en una sociedad donde existían tales programas y la gente los disfrutaba? Sentía que las vidas de sus compañeros fueron en vano, una simple diversion para mucha gente. El simple pensamiento, le revolvió el estómago. Hasta que recordó a Kaito. Sus ultimas palabras resonaban en su cabeza. Si, ya no era aquella chica solitaria, ahora tenia amigos y un futuro por delante. El sol golpeo duramente sus ojos y delante suyo vio una gran ciudad. Sabia que debía seguir luchando, pero no por todo lo que había sucedido, sino por ella misma.

El encuentro con su familia fue incomodo y frío. Sus padres lloraron de alegría por su regreso, pero para ella solo eran dos desconocidos con los que debería vivir día a día. Su memoria no volvería jamas y ya no seria la misma hija que una vez habían conocido sus padres. Ellos lo sabían, pero prefirieron fingir. Sin embargo, eso no impidió que se encariñara con esas personas. Tenia la corazonada que con el tiempo los amaría mas que a su propia vida. Limpio la que una vez había sido su habitación de posters y otros objetos de Danganronpa que había coleccionado cuando antaño había sido una fan de tan horroroso programa.

Con el tiempo, sintió que había empezado a vivir nuevamente. Era una nueva vida, solo para ella. Iba a la escuela como cualquier chica de su edad, volvió a comunicarse con Saihara y Himiko. Al parecer esta tenia una hermana mayor y Shuichi, dos hermanos menores. Le alegraba  comunicarse con ellos, ya que nadie se acercaba a hablar mucho con ella en la escuela, aún así intentaba dar lo mejor con los demás. A pesar de saber que algunos hablaban mal de ella a sus espaldas Aunque sabia que tarde o temprano ocurriría. Al fin y al cabo todo el mundo sabia quien era gracias a Danganronpa y fuera donde fuera la gente la reconocía.

La Inesperada CalmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora