C A P Í T U L O DOS

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Al tener que llegar solo al instituto me fui directo a mi salón, ya que Jimin tenía algo que hacer antes de la hora de entrada; entré al salón, no habían tantos compañeros ya que aún era algo temprano, me senté hasta adelante ignorando a los demás.
Cuando tocó el timbre, literalmente un segundo antes de que entrara el maestro, entró Jimin, super rojo como un tomate, ya no le pregunté nada porque el maestro me pidió ir por unos papeles que necesitaba para la clase. Tenía que ir a uno de los salones de ultimo año, y no me quedó de otra más que ir por ellos. Al entrar al salón lo primero que ví fueron esos ojos color café y ese cabello azabache perfectamente peinado, en ese momento quería que la tierra me tragara, la cara me ardía al sentir su mirada fija en mi. Cuando el profesor me dió los papeles que necesitaba, salí volando de ahí. Llegué al salón y le entregué los papeles al profesor y regresé a mi asiento.
Tocaron el timbre para salir al receso, Jimin no estaba, él se fue con su amado Yoongi, pero está bien, me alegro que sea feliz estando con él. En fin, lo que hice fue ir a caminar por la escuela... y ahí estaba aquel chico que me había puesto tan nervioso hace un rato; sólo me quedé parado sin saber que hacer, miré directamente al suelo, no quería enamorarme pero ya era demasiado tarde para mi. Dió un paso adelante e inclinó su cabeza con un curioso vistazo me vio y me sentí a morir. «Oh dios ¡ creo que estoy muriendo!» pensé.
Me dijo:
—¡Hey!

—Hola. ¿Cómo te llamas?. Realmente me gustaría saber sobre ti.... —le contesté. Lástima que me detuve en el "Hola". Solamente lo miré y él sonrió y me devolvió la mirada y se sintió como un gran torbellino, un gran torbellino emocional. Su sonrisa es tan linda que podría enamorar a cualquiera que lo viera sonreír. Eso me enganchó más a él, supongo.. Esa bella sonrisa...
Y que cliché, pero para ser honesto eso me hizo el día.

Durante los siguientes días nos intercambiabamos dulces miradas, y sonrisas.
Lo he observado bastante durante estos días, no me atrevo a hablarle de nuevo.
Y cada que pienso en lo ocurrente que es y lo encantador que puede ser, me caigo más en el profundo hoyo del enamoramiento. Aún siento como si fuera ayer cuando con sus palabras me sonrojé.
Lástima que él está fuera de mi alcance teniendo a tantas chicas y chicos que mueren por él, mejores que yo, él nunca me notaría como alguien que vale la pena.

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