Directo

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Él tan amargo como un café sin azúcar, tan indiferente como le gusta ser; pero a la vez humilde y cálido

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Él tan amargo como un café sin azúcar, tan indiferente como le gusta ser; pero a la vez humilde y cálido.
Tan mal hablador y sin etiqueta, sin filtro para hablar, tan franco. No le gustan los rodeos.

Su contrario, tan dulce como el chocolate, tan reservado y callado. De buen manejo al hablar y de buen porte, tan cuidadoso. No le gusta enfrentar la situación.

Dos personalidades tan diferentes que se pueden complementar tan perfectamente.

-Seré directo -Dijo frente a frente. - Me gustas.- Mi corazón latió desvocado.

▣Actualización;  pendiente.

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