Somos 3 ||Bealvie||

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Aquella noche Ben se encontraba solo con aquella mujer a la que tanto deseaba. Verla de lejos lo enloquecía, la amaba, la deseaba, no sabia si ella lo sabría, solo sabia que quería tenerla.

Pero había un pequeño secreto que Ben desconocía.

Su amada estaba perdidamente enamorada de su esposa.

Evie sonrió al recordar aquella tarde, en la que Mal le había pedido posar desnuda para ella, porque debía pintarla para la clase de "arte".

Comenzó a llover, entonces Ben supo que Evie no tendría escapatoria. Nada en el mundo haría que la princesa azul mojara su cabello. Ben supo que al fin tendría lo que tanto esperaba.

Se levanto sin alzar sospechas y cubrió las ventanas, silenciosamente le paso el seguro a la puerta. Se acerco a la princesa.

-Como que ya ¿no?

-No.

-Mira Evie, ya has trabajado mucho por hoy.

-Debo terminar Ben.

-En que sea tomate un descanso.

Después de dos largos años trabajando junto a ella ya sabia como dominarla. Evie se levanto y Ben le hizo señas de que se sentara junto a ella. Ella obedeció, enseguida él se levanto y se coloco detrás de ella.

-Permiteme.

-¿Que?

-Hacerte un masaje en la espalda.

-Solo porque estoy muy cansada.

-¡Lo sabia!

-¡Jac!

Ben se quito el saco quedando solo en camisa, Evie no resistió y lo miro.

-¿Qué? Aquí hace calor.

Evie entendió el plan de la bestia y estaba decidida a negarse, no podía hacerle eso a Mal. Se levanto dispuesta a reclamarle pero el rey ya se había quitado la camisa. Evie se perdió en sus músculos. Los miraba atónita, Ben sonrió y supo que ya era hora: Ella estaba débil y no se resistiría.

Se acerco lentamente a la princesa y la beso, ella sintió que el mundo se le vino abajo, Ben la aprisiono contra la pared. Se deshizo de sus pantalones que la comenzaban a estorbar, Evie miro a su amiguito escondido y su corazón se acelero, algo dentro de ella le hacia hervir la sangre y su entrepierna moría por probar aquello.

La princesa sin darlo a conocer se deshizo de sus bragas, el príncipe no se entero hasta que decidió quitarle el vestido.

-Evs...-dijo acelerado-déjame... buscar... algo... en...-ella lo interrumpió.

-Maldita sea Ben... Olvida eso.

-Pero...

-Me voy a ir-dijo amenazante.

Al rey le importo un comino lo que dijo y fue por aquella cosita que ayudaría a no arruinar por completo su matrimonio. Se acerco a la princesa con la piel hirviendo y la embistió rápido, fuerte, ella gritaba y a él le encantaba. Cada vez más, mejor. La sentía, ahora eran uno solo, llegaron entonces al climax. Ben se tiro en su silla y Evie se tiro sobre él, seguían besándose, Ben metió sus dedos en su centro y comenzó a jugar, A Evie le causaba tanto placer.
Ben se sintió como un verdadero Rey, al fin pudo ganar esa batalla. 

-Necesito dormir.

-Tu no quieres dormir.

-No puedo amanecer con ojeras.

-Para eso existe el maquillaje cariño.

-El sábado repetimos.

-Muy lejos ¿no crees?

Ella se levanto y comenzó a vestirse.

-Un momento princesa.

-¿Que?

-Date la vuelta-ella obedeció y él se agacho para bajar sus bragas de nuevo y embestirla por la parte trasera.

-Esto es... Ya Ben, debo volver.

Ben la giro y empezó a besarla en su entrepierna.

-Te golpeare si no me dejas en paz.

-Okay...

Ben volvió a su habitación donde lo esperaba su esposa con muy poca ropa.

-Amor estoy cansado.

-¿Mucho trabajo?

-Así es.

-Déjame hacerte olvidarlo.

-No gracias.

-No me hagas enojar.

-Te dejare jugar pero hazlo sola-dijo él y se desvistió completamente, para luego echarse en la cama con las piernas abiertas. mal se poso sobre él y comenzó a chupar su erección, pero Ben parecía no sentir nada, ella lo apretó muy fuerte pero a él no le dolía ni un musculo minúsculo.

-¿Por lo menos me lo haces?

-Claro el se levanto y ella se acostó elevo sus piernas lo más alto que pudo y el se acostó encima de ella y la embistió ella gritaba de placer pero Ben no sentía nada, el solo quería estar durmiendo con su princesa azul.