1.-Otro Thompson

204 22 0
                                    

Me despierto con el sol en la cara, y como tengo cosas que hacer me levanto sin intentar quedarme un rato más en la cama. Tras salir de la cama, con dar dos pasos ya estoy en el salón, y al darme la vuelta estoy en la cocina. Son los inconvenientes de vivir en una autocaravana. Pero puede que sea el único, ya que en un Apocalipsis zombie nunca puedes permanecer mucho tiempo en el mismo lugar, a no ser que lleves tu casa a donde vayas, tengas agua y electricidad, un suministro de armas para... bueno, para un Apocalipsis, y comida y agua.

Pero claro, lo bueno siempre se acaba. Y en mi caso se me está acabando la comida. Me como unas galletas, una de las pocas cosas que me quedan, y voy hacia el baúl para coger las armas. Cojo mi arco y mi carcaj, la ballesta, la pistola del 45, mi navaja multiusos, y ocho cuchillos para lanzar, y una katana. Una de las ventajas de haber sido entrenada por el gobierno es el acceso y el manejo de armas.

Una vez que lo llevo todo, cierro la autocaravana y enciendo la corriente eléctrica, para freír a cualquiera que se acerque a lo que es mío. Cuando llevo 10min buscando un sitio donde conseguir comida, veo un grupo de personas a lo lejos. Humanos... ¿Hace cuanto que no veía un humano? Meses. No veo a un humano desde John

Decido subir a un andamio para observarlos. Una vez que estoy arriba, veo que están siendo atacados por 5 zombies, pero no dura mucho, ya que al momento oigo disparos y a los zombies caer con agujeros de bala en sus cabezas. Busco al tirador y lo encuentro en el andamio de enfrente. Es joven, de pelo negro, y su rifle está apuntando a donde antes había zombies. Su mirada también sigue mirando en esa dirección, por lo que no ve a los 4 zombies que se le acercan por detrás. Yo estoy a unos 400 metros, y a una altura superior a la que él se encuentra. Cojo el arco, y con rapidez, disparo cuatro flechas una tras otra. Cada una acaba en la frente de un zombie, a lo que ellos caen al suelo, y el chico se gira para ver entonces a los zombies. Entonces veo que se gira hacia donde estoy yo y me mira, para después volver a llevar la mirada a los zombies muertos.

Guardo mi arco, y bajo del andamio con agilidad, pero... mierda, mi autocaravana está en la dirección en la que estaba el chico. Bueno, lo rodearé, no quiero a arriesgarme a encontrarme con ese chico o con nadie más.

Rodeo el edificio, y al pasar la esquina me encuentro cara a cara con un zombie. Él se abalanza sobre mí, pero yo me agacho y le clavo uno de los cuchillos en la rodilla, y cuando cae al suelo al girar sobre mi, le corto la cabeza con la katana. Vuelvo a guardar la katana y el cuchillo, pero a lo que me doy cuenta veo al grupo de antes mirarme sorprendidos.

-¿Qué pasa?- les digo cortante- ¿Es que nunca habíais visto a nadie matar un zombie?

-No de esa manera- dice un mujer adulta de color.

-Ni con esa puntería- dice el chico de antes, apareciendo por detrás.

-¿Cómo que puntería?- pregunta un anciano hippie al chico.

-Es la chica que me ha salvado antes de los zombies. Gracias por cierto- añade el chico.

-Con que tu eres la de las flechas- dice el anciano sonriendo- Yo soy Doc. Muchas gracias por la ayuda, te lo agradecemos mucho.

-¿Dónde está tu grupo?- pregunta la mujer.

-Estoy sola.- respondo.

-¿Estás sola en el apocalipsis?- pregunta el chico de pronto, llevándose una mirada asesina por parte de la mujer.

-Yo soy la teniente Roberta Warren.- se presenta la mujer- Y está claro que tienes puntería y sabes defenderte, pero no es bueno estar solo en el apocalipsis...

-Escucha, ya tengo un sitio seguro en el estar, y tengo alguien a quien buscar- la interrumpo.

-Pero siempre es mejor estar en grupo- replica la mujer sin rendirse, eso me gusta- ¿Te gustaría unirte a nosotros... esto...?

-Jack, Jack Thompson- completo la frase con mi nombre, pero al momento un hombre con la cara cansada y roñosa habla por primera vez:

-Lo que nos faltaba, otro Thompson con nosotros.

-Cállate, Murphy- le regaña la mujer.

Esas palabras resuenan en mi cabeza una y otra vez. Otro Thompson... Es posible que... En ese momento actúo sin pensar y cojo al tal Murphy por el cuello de la camisa y lo estampo contra la pared sujetándolo. Cuando me enfado se ve la fuerza que adquirí en los entrenamientos.

-¿¡Qué has querido decir con eso!?- le grito- ¿¡Qué otro Thompson?!- le grito cada vez más alterada, y le pongo un cuchillo al cuello-¡CONTESTA JODER!

-Oye, oye, oye- interviene la mujer- Cálmate. Este hombre posee una cura contra el virus zombie en su sangre, no puedes matarlo.

-Puedo, y lo haré si no me contesta- digo sin apartar la mirada de Murphy-¿!QUÉ OTRO THOMPSON!?- grito de nuevo, pero entonces una voz distinta interviene.

-¿Qué demonios está pasando aquí?

-Es una larga historia- dice Doc- Pero esta chica esta a punto de matar a Murphy.

-¿Y por qué no la detenéis?- dice la misma voz justo antes de oír como quita el seguro de su pistola: me está apuntando pero me da igual.

- Es muy buena peleando- contesta Doc- Y estaba preguntando por ti, Mack.

Ese nombre es todo lo que necesito oír. Quito el cuchillo del cuello de Murphy y le suelto, y él se separa rápidamente de mí.

-¿Por mi?- se extraña la voz- ¿Por qué pregunta por mi?

Me doy la vuelta y le miro. Ha bajado el arma. Pero no me fijo en eso, mi mirada se detiene en ese pelo rubio, en esos ojos verdes, y en esa cicatriz en la mano derecha. Rápidamente, y de nuevo sin pensarlo, corro hacia él y le abrazo. Le he encontrado.

(Z NATION) LostDonde viven las historias. Descúbrelo ahora