ɪɴᴛʀᴏᴅᴜᴄᴄɪᴏ́ɴ.

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Era el inicio de temporada, lo que implicaba una pelea cada semana y Harry no podía agradecer más eso.
Había salido a correr para ver si calmaba su imsomnio cuando vió un poster sobre que se acercaba la nueva temporada, un doble motivo por el cual no dormir.

Dinero. Sudor. Fiestas. Alcohol. Louis.

Sí, necesitaba una mezcla de todo eso.

Tomó su celular para marcarle a su manager y esperó a que este respondiera para arreglar las fechas y entrenamientos para la siguiente pelea. Todo arreglado. Y seguía sin poder dormir, resignado, caminó hasta su habitación mientras se despojaba de sus prendas antes de sentarse en el borde de la cama en nada más y nada menos que sus boxers, suspiró y tiro ligeramente del elástico de la prenda para poder ver su miembro, apoyó una de sus manos sobre el colchón para poder sostenerse y con la libre tanteo su miembro, despertándolo. Tragó saliva audiblemente y cerró sus ojos mientras sujetaba su anatomía con la palma de su mano, precionó su labio inferior entre sus dientes mientras arrastraba del falo de su pene hacia abajo, soltando un jadeo al hacerlo.
Humeció sus labios con la punta caliente de su lengua e imaginó aquella pequeña lengua rosada que lo había vuelto loco la temporada pasada, frunció el ceño y acarició la vena ahora marcada al lado de su miembro soltando un gemido ronco, ese pequeño malditamente caliente.

Sus caderas, su culo, su pequeña cintura, sus hermosos pezones erectos ante su tacto, sus gemidos; Dios.
Tiró su cabeza ligeramente hacia atrás y precionó ligeramente la punta de pene, manchando su dedo con pre-semen, utilizo el mismo como lubricante y rodeó su masculinidad con su mano para comenzar a moverla por el largo de este, masturbandose.

Necesitaba escuchar el sonido de su voz pidiendo por más, rogándole por ser tocado, por ser follado; Joder, sí.

Aumentó el ritmo de su mano, realizando algo de presión con la palma de su mano y girando su muñeca cuando era necesario, dejó caer algo de saliva sobre la punta de su miembro y volvió al trabajo, apretando su mano libre sobre las sábanas. El calor sobre su abdomen comenzó a quemarlo de una forma extrañamente placentera y sacó fuerzas de donde no le quedaban para masturbarse con ansias del orgasmo.

Su lencería roja adornando su pequeño cuerpo en su última noche juntos lo había hecho masturbarse varias veces, y ahora no era la excepción.

Sus caderas meciendose sobre su erección tratando de alcanzar su próstata por él mismo, su cuerpo temblando al conseguirlo; jodido enano.

Gruñó tal alto como sus cuerdas vocales le permitieron cuando su cuerpo alcanzó el extasis y se corrió, manchando su alfombra y mano con su semen, tragó saliva al sentir la garganta seca y se arrastró por la cama hasta quedar recostado en el medio antes de taparse con las sábanas, abrazó una de las almohadas y hundió su rostro en otra, podía olfatear muy en lo profundo el aroma de Louis; casi le arranca el cuello a su sirvienta cuando le admitió que había lavado las almohadas, pero fue su culpa al no advertirle que esa almohada no.

Dos meses más y lo volvería a ver.

Abrió los ojos vagamente y frunció el ceño al ver su bolso de box abierto, este se había volteado, por lo que su contenido ahora adornaba la tiersa alfombra, su Alfa aulló internamente al ver y olfatear de lejos la pequeña tela de la braga de Louis; recuerdos de el día en que terminó la temporada abundaron su mente, era su último día juntos, y jamás iba a olvidar los tres orgasmos que el pequeño había tenido en un rango de dos horas, le había robado las bragas en un descuido para luego ganarse un regaño del menor, aunque le permitió quedarse con la prenda. Lo extrañaba. Se levantó a mala gana y fue donde su bolso para tomar la ropa interior femenina, la llevó hasta su nariz e inhaló profundamente de la tela, Louis.

No era la primera vez que le dolían las encías, por lo que caminó hasta la cama, aún con la prenda en mano, y hundió sus dientes en una almohada para apaciguar a su Alfa. Sollozó en un tono bajo cuando sus colmillos comenzaron a raspar la punta de su lengua y agitó su cabeza para tratar de despejarse, debía controlarse. En los diez meses pasados, estuvo al rededor de treinta veces a punto de volar al otro lado del mundo para poder estar cerca del Omega. Su Omega. Aquello le hubiera parecido estúpido al principio de la primera temporada, pero ahora solamente quería volver a ver a Louis para cortejearlo y poder hundir sus dientes en su cuello, marcándolo como suyo por una buena vez. Suyo.
Sonrió ligeramente y se acurrucó debajo de las sábanas para intentar conciliar sueño, al dia siguiente debía despertar temprano si quería empezar a entrenar ya.

Tardó alrededor de diez minutos antes de poder entregarse a los brazos de Morfeo y descansar.

Dos meses quedaban.

¿Qué sucedería cuando se volvieran a ver? ¿Vendría Louis? ¿Y si había encontrado a su Alfa en este tiempo? Harry se removió entre sueños al imaginar aquelló y soltó un gruñido aún dormido, estaba realmente jodido.

Se habían prometido volver a encontrarse en la siguiente temporada, así que Louis no le podía fallar, era imposible que lo hiciera. Además de que la idea había sido suya, principalmente.
Se movió entre sueños por última vez, y se dispuso a apartar todas aquellas pesadillas de una buena vez para poder soñar tranquilo con Louis durmiendo a su lado luego de una buena sesión de besos y abrazos.

Oh si que estaba jodido.

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⏰ Última actualización: Nov 21, 2017 ⏰

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Cotto. {L.S}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora