CSI "Famosos"

CSI "Famosos" 10

Narra David:

Estaba de escapada romántica con Vero cuando de repente Álvaro me llamo y me contó lo que les había pasado a Erika y a Aida. Fui a la comisaria lo más rápido que pude, espero que no les hayan hecho nada porque entonces los mato. Aida era una de las mejores personas que había conocido nunca, lo era todo para mí. No me perdonaría nunca que le pasara algo.

Narra Erika:

Justin me había dejado un poco asustada, no quería volver a donde estaba Harry. Temía de lo que le podía a ver hecho a Aida. Muchos pensareis que soy tonta por no escapar pero no voy a hacerlo sin Aida. Se acerco Justin seriamente hacia mí.

-Erika tenemos que ir a dónde estabas antes

-¿Ya?

-Si-suspiro-lo siento pero déjame que te ponga las esposas

-Tú no tienes la culpa

-Sabes lo peor de trabajar con él es ver como hace sufrir a la gente y que tu no puedas hacer nada, me metí en esto para salvar a todas las personas que pueda y ahora mi propósito es que lo detengan

-Llama a la policía

 -No tengo móvil, cuando decidí hacer eso él me lo quito por si se me ocurría llamar a la policía

- ¡JUSTIN!- se oyó gritar a Harry

-Erika tenemos que irnos

Marchamos hacia donde estaba Harry, quería ver a Aida aunque temía lo que le habría hecho. Llegamos, mire a Aida y estaba irreconocible, tenía la cara con moratones, sus brazos parecían morados y no color carne. Las piernas estaban con heridas y unos pocos moratones, también le faltaban cachos de pelo. No podía mirarla sin derramar una lágrima. «Porque no me he ido yo con Harry» era el pensamiento que no salía de mi cabeza.

-Serás hijo de puta- le dije a Harry llorando

-Cállate zorra, que ella se lo ha buscado -Justin, ven aquí

-Ya voy maestro

-Tenemos que llamar para pedir un rescate para estas zorras

-Claro señor, ¿quiere que llame yo?

-Exacto Justin, te voy a dar el teléfono de Aida y tienes que llamar

-Señor hay un problema

-¿Qué coño pasa ahora Justin?

-El teléfono...-trago saliva-está bloqueado

-Ha bueno seguro que nos dan la contraseña-se acerco a Aida- ¿Cual es la contraseña de tu movil?

-Tu...puta...madre...-le costaba mucho hablar por lo que el hijo de  puta este le había hecho pero ella no se iba a callar ni muerta, esa era mi mejor amiga la persona más fuerte que había conocido.

-Que me digas la puta contraseña zorra-se acerco a la cara de Aida y la agarro, en esto que Aida coge y le escupe. Iba a pegarle un guantazo cuando...

-Yo te digo la contraseña de mi móvil pero no le pegues

-Has hecho muy bien Erika y tú, Aida la próxima no te libras, dale las gracias a tu amiga-hizo una pausa y saco mi móvil-dime la contraseña

-Álvaro

-Mira tienes 7 llamadas perdidas de "tu amor", vamos a rellamarle

[...]

Narra Álvaro:

Estaba con David en comisaría, todo el equipo se había puesto  manos a la obra con el caso de Aida y Erika. En estos momentos lo que más deseaba era que estuvieran bien. Estábamos mirando sus últimas llamadas cuando suena mi móvil.

-Si dígame

-Es usted familiar o conocido de Erika

-Si, soy su novio, ¿Que ha pasado con ella?

-Tío ponlo en altavoz-me susurro David, y yo lo puse.

-Oh perfecto tenemos al novio

-¿Donde está?

-La tengo bien escondida y a su amiga Aida también no se preocupe

-¿Que quiere por ellas?

-10.000€ antes del viernes

-Si lo quiere antes tendrá que mandarnos una prueba de que están vivas

-Yo se la mando encantado aunque luego hubiera preferido no tenerla-se noto como se reía-si quiere ver la prueba abra su correo, Adiós

Fui corriendo a abrir mi correo, necesitaba saber que estaban vivas. Tenía un correo de una cuenta pirata, debía ser ese. Era un video así que me puse los cascos y abrí el archivo. Sera hijo de puta, en el video salía como violaba y maltrataba a Aida. Lagrimas de furia y tristeza salían de mis ojos. No podía creer lo que veían mis ojos era brutal, la habían dejado magullada.

-Tío que sale en el vídeo, ¿Por qué lloras?- me dijo David

-No veas el video no te viene bien- le respondí

-No digas gilipolleces, sabes que lo voy a ver- me dijo ya un poco enfadado 

-David no te va ha hacer nada bien

-Tío necesito verlo

-Haz lo que te dé la gana pero yo ya te he advertido- le dije ya por última vez

Se puso a verlo, las lagrimas empezaron a salir de sus ojos de repente da un golpe en la mesa.

-Como que me llamo David Martín Lafuente que ese hijo de puta va ir a la cárcel y no va a volver a ver la luz del sol

-Los vamos a coger aunque sea lo último que haga- le dije para tranquilizarlo

Narra Erika:

Estaba en una silla un poco asustada, no me gustaba como estaba el ambiente, en eso me cogió y me llevo a una habitación blanca un poco bastante sucia, donde había una cama con un colchón mugriento y con sangre, aquí eso de hacer la colada no les va. Me quito las esposas para atarme con una cuerda a la cama, como intentaba sacarme del agarre mis muñecas quemaban, pero me daba igual necesitaba salir de aquí y salvar a Aida. En eso Harry llama a Justin para que traiga a Aida a la habitación y él lo hace. Aida está más que magullada, casi no se puede mover pero en sus ojos veo venganza y sé que si algún día salimos de aquí Harry pagara por todo lo que ha hecho

-Justin quiero que violes a Erika, que Aida no me excita lo suficiente- le dice Harry y él se sienta encima de mí.

-Lo que usted me mande Harry- le dice Justin, será cabron de mierda, asco me da ahora mismo. Empieza a besarme el cuello y le susurro al oído

-Me las vas a pagar mal nacido.- el sigue besándome y acariciándome, pero mi cuerpo no responde, estoy demasiado enfadada, así que solo cierro los ojos y dejo que haga conmigo todo lo que quiera hacer.

Me quita la ropa y sigue depositando besos en mi cuerpo, en otras circunstancias yo estaría disfrutando de todo esto pero ahora solo siento asco. Se quita el la ropa y introduce su pene en mi, provocándome un dolor increíble, como si me arrancaran las entrañas, y sé que estoy sangrando porque lo noto. Sus embestidas son rápidas y fuertes, provocando aun más dolor, esto es insoportable, Any aguanta, ya queda menos. Sus embestidas cada vez eran más rápidas, y el dolor no cesaba, entonces él se corrió dentro de mí. No iba a gritar, aunque fuera lo único que quería.