CAPITULO 2: El entrenamiento.

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Al salir del portal me di cuenta que no salimos cerca al suelo, salimos tres metros arriba del suelo. Mientras que Eliot y Mónica cayeron de pie, yo caí de espalda y a pocos centímetros de lo que parecía ser una mansión, asombrado por la gigantesca casa intente levantarme, pero debido a la gravedad de mis heridas solo pude arrodillarme y al cabo de unos segundos caigo inconsciente al suelo.

Cuando desperté me encontraba en una habitación bastante grande con el televisor de la habitación prendido, cuando gire la mirada pude ver a Mónica dormida en una cama junto a la ventana y con varios libros tirados alrededor de la cama, me levante de la cama y me dirigí al espejo de la habitación y vi las heridas del combate, mientras veía las cicatrices recordé varios momentos de mi infancia en los que los más grandes me molestaban y golpeaban, pero, mi hermano siempre estuvo ahí para defenderme, y aunque fueran más los enemigos que él, aun así se lanzaba sin pensarlo a protegerme, y al final siempre terminaba con moretones y raspaduras en el cuerpo, después de recordar ese momento de mi vida entre en un estado de tristeza ya que el desapareció cuando yo tenía veinte años. Después de verme al espejo empecé a buscar mi traje, mientras lo buscaba encontré una ropa doblada con una nota de Eliot diciendo que la ropa era para mí, me puse la ropa y salí al pasillo y camine sin rumbo alguno así llegando a la sala en donde se encontraba Eliot viendo una película mientras sus clones barrían la sala y le hacían un masaje en los pies, Eliot nota mi presencia y se siente aliviado y dice mientras ríe –Pensé que estabas muerto. ¿Cómo te sientes muchacho?-.

-Un poco mallugado y adolorido del pecho *Miro hacia la ventana y veo un bello campo* ¿En dónde estamos?-

-Estas en mi casa campo, linda ¿no lo crees?...*Suspira* te estarás preguntando por que estamos aquí ¿verdad?- dijo Eliot mientras que a su vez afirmo su última pregunta con la cabeza.

-Bien, la cuestión es que estamos cerca de una guerra en la cual mucha gente puede morir por nuestra culpa si no la detenemos y necesitamos entrenarte y encontrar a los siguientes guardianes.- Dijo Eliot

-Espera un momento, ¿cuantos más hay?- pregunte a Eliot

-Hasta ahora somos nosotros tres, y recuerda que son cinco orbes, cinco guerreros y necesitamos que los cinco orbes estén unidos.- dijo Eliot

-Y ¿por qué unidos?- Pregunte a Eliot

-Veras, los orbes son manejados mentalmente, pero, lo que provoca su poder son los sentimientos, depende del sentimiento que estés sintiendo en el momento será mayor o menor tu poder y cuando los cinco orbes están unidos tienen la capacidad de conectarse y aumentar más su poder mediantes los sentimientos que cada uno produce, y si los cinco guardianes están unidos, una red invisible gira alrededor de cada guardián, lo que hace esta red invisible es compartir la fortaleza de dicho sentimiento.- Dijo Eliot.

Al cabo de unos segundos llega Mónica a la sala y me dice: -Buenos días, ¿cómo te sientes?

-Bien, un poco herido- Dije

-¿Estás listo para entrenar?- Dijo Mónica.

-Mmmm...Supongo que si- Dije mientras miraba a Eliot y el a su vez lanzaba una risa.

-Bien, te espero en el patio- Dijo Mónica mientras se retiraba de la sala.

Al llegar al patio donde Mónica me entrenaría, pude notar que ella se movía rápidamente de lado a lado golpeando a unas botellas de vidrio que estaban dispersos en el jardín, quede asombrado, parecía como estuviese deteniendo el tiempo, de repente ella desaparece del patio, mire de lado a lado buscando en donde se encontraba, al voltearme para atrás ella apareció ante mí con una mirada seria y fría, mientras que a su vez caigo asustado al suelo debido al susto que me acabo de dar, en ese momento Mónica apunta con su espada frente a mi cara y me dice: -Invoca tu escudo-, hice caso e intente invocar el escudo, pero, después de un minuto tratando de invocarlo Mónica se desespera y dice: -Se acabó, ya estás MUERTO-, mientras se dispone a atacar mi hombro izquierdo, pero, lamentablemente para ella logre invocar el escudo justo a tiempo, así quedando su espada contra mi escudo. Al ver que pude invocar el escudo, Mónica me toma de la mano y me ayuda a levantarme del suelo y dice: -Bien ahora la armadura.- mientras se movía rápidamente por todo el patio y a su vez me pegaba por todo el cuerpo con el mango de su espada, después de unos segundos al ver que no invoque la armadura, deja de golpearme y se para al frente mío diciendo: -No sé ni para que pierdo el tiempo contigo, eres igual de idiota a tu hermano.-

Los 5 Orbes Del Tiempo// Estado: CanceladaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora