Capitulo 2

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//Narra Mia

De repente Aien gritó

--¡¡CALLATE!! - dijo mientras apretaba su propia mano con fuerza

Me quedé mirandolo extraña

-v-v-vale -dije mientra pensaba en que había ocurrido

¿Se dirigía a mi realmente? ¿Por qué lo gritó? ¿He sido molesta?

Me pasé tanto tiempo pensando en el acto de Aien que creí estar paranoica, un gran dolor de cabeza volvió a mí y como todas las semanas salí del instituto una vez más, odiaba estar allí y mi cerebro hacía todo lo posible por no estarlo, ya era mayor de 18 por suerte pero mis padres seguian insistiendo en que fuese allí diariamente, varias veces les había tratado de explicar mi situación pero ellos se la tomaban como si de nada se tratase, ¿Y si realmente tuviese una enfermedad mental? ¿Y si por ello no pudiese hacer más que estar en la cama? En cierta manera si que podría tener alguna enfermedad mental, no lo descartaría pero no me voy a autoconvencer de algo que no es seguro que sea real.

Saqué mi móvil y volví a eliminar todos aquellos mensajes denigrantes de esas personas tan odiosas que tenía como compañeros, mi respiración por un momento se paró, mi ojos quedaron fijos en mi brazo izquierdo y yo lo presioné levemente, a penas para calmarme necesitaba tocar aquel brazo que en cierto momento de mi vida estaba lleno de autolesiones, no puedo afirmar que solo fuesen cortes, también moratones y quizás ciertas quemaduras las cuales no eran intencionadas.

Esperé a la hora de salida para ir a mi casa, no quería que mis padres supiesen lo débil que soy escabullendome de los problemas que igualmente mañana seguirán ahí. Decidí levantarme pero alguien estaba ante mí, era Aien y parecía en cierta manera otra persona, su mueca era muy distinta a antes y cuando decidió hablarme parecía ser alguien el cual nunca hubiese escuchado.

- ¿Te largas cuando mas te conviene     verdad? - dijo con un tono de voz mucho más grave y por como hablaba parecía querer reírse de mi.

- Nunca lo hago, ni lo haré Aien - dije algo ofendida

- No soy Aien, soy Alan débil - dijo con los puños cerrados

Me sentí algo extraña y confusa ¿cual era su verdadero nombre?¿Ahora es un hombre?¿Que mosca le ha picado?

Me alejé de el rápidamente , preferiría no hablar con él hasta que se tranquilice, yo no necesitaba más problemas.

Cómo siempre al llegar a mi casa debía mostrar una falsa sonrisa por mucho que estuviese cansada de ella, mis padres decían que si yo era "feliz" ellos también lo serían y yo quería que ellos lo fueran. Mi padre me repetía constantemente que de pequeña era mejor ya que lo hacía todo por agradar a los "mayores" y que ahora soy una egoísta y no lo hago y que he cambiado demasiado, más de una vez me gustaría responderle pero como siempre no lo comprenderían, tratar de explicarle a tu padre lo que sientes y que él te responda como si fueses tonta es horrible, y para que me traten de la manera de la que me han tratado prefiero no abrirme.

Decidí cambiarme de ropa, la que llevaba puesta era incómoda pero como siempre quería ver si la ropa que tan bien le queda a las chicas de mi clase me podría quedar a mi, pero como siempre no era el caso. Me quité la sudadera y al verme en el espejo me horrorice, ¿cómo podría tener este cuerpo tan inmundo? Mira y apartaba la vista constantemente del espejo y me daba cuenta que podía apreciar que mis muslos los veía diferentes en el espejo que el la vida real ¿debería preocuparme por ello? Quizás o mejor dicho, seguramente pero no podría ir a un psicólogo, aquella vez no me ayudó en nada y realmente algún día acabaría.

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Espero que os guste este capítulo es mucho más largo que el anterior y en cierta manera indirectamente ya han aparecido varias enfermedades mentales ¿Sabéis cuales son? ¿Que le diríais a esa chica? Dejármelo en los comentarios

Please, Cut My HairWhere stories live. Discover now