Cap #4 - A centímetros de ella

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Narra Martín

Luego de la cena me dirigí en sentido a mi habitación pero no era allí a donde iba.

Hice todo eso solo para despistar a Annie ¡Mi hermosa y dulce Annie!. Me había dado cuenta que me seguía con la mirada y fue por eso que me dirigí a mi recámara.

Me quede mirándola por unos segundos contemplando su blanca espalda. Ese vestido le quedaba precioso y eso hacia que la mirara como bobo.

Debo admitirlo me gusta. Y mucho.

A donde realmente iba era al patio trasero quería sorprender a Annie con una semi velada romántica.

Ya lo tenía todo preparado solo faltaba ella para que mi plan se completara.

Tal vez ahora tendría las agallas de decirle todo lo que siento. Aunque mis asocialidad de año y medio de duración no me ayudaba.

Revisé dos veces mas si todo estaba en su lugar para luego dirigirme nuevamente a la sala obviamente no iba a regresar por la entrada.

Me tuve que infiltrar por la ventana de la cocina. Eso fue arriesgado.

Vi a Annie en el sofá de la sala observando mis trofeos.

Me acerqué sigilosamente hasta ella tomándola de hacia atras por los hombros. Mi mano estaba fría y eso la asusto.

La mire fijo unos segundos hasta que le dirigí la palabra.

Pero... ¿¡Estaba nerviosa!?.

Se podía ver en sus hermosos ojos café la tensión. En verdad estaba nerviosa.

_ Annie me acompañas un segundo al patio? - le pregunté cerca de su precioso rostro blanco que no tardo en tomar un color rojo intenso.

Ella solo asintió sonriente con la cabeza.

La lleve hasta el patio donde habían una velillas encendidas. Annie miraba sorprendida y sus ojos brillaban.

Tal vez hice mal al besarla cerca del labio eso solo hizo que se ponga nerviosa. Aunque se veía hermosa con ese tono rojizo en su rostro.

_ Sientate - le dije ladeando mi cabeza a un lado.

_ Dime. Porque me trajiste hasta aquí? - dijo algo sorprendida.

Tal vez este era el momento oportuno para decirle todo pero... ¿Como?
+NO, no puedo+ pensé.

Ante mi inútil intento decidí sonreir.

Rayos! Soy un cobarde.

_ Te traje porque vi que estabas casi muriendo del aburrimiento allá dentro. - espete sonriente. - Tranquila no te haré daño. No por ahora. - balbucee picaron.

Al parecer seguía nerviosa no hizo otra cosa mas que sonreir.

¿Porque no se me ocurrió otra cosa? Seguro piensa que soy un tonto.

_ Te gustan las flores? - le dije - Me acompañas al jardín?.

_ S... Si? Vamos! - respondió nerviosa. Se veía hermosa, tan tierna e inocente.

La tome de la mano y la lleve hasta el jardín. Su mano era suave y tan delicado.

Tal vez este al fin sería mi oportunidad pero... Oh rayos! ¿Como? Necesitaba un plan.

Decidí esconderme. La solté de la mano y la deje perdida entre rosas y crisantemos.

Eso solo hizo que se ponga más nerviosa aun. Me llamaba pero la oscuridad de la noche no la dejaba verme pero yo si la podía ver a ella.

Observando a mi vecino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora