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hello

Seokmin

te conocí una tarde de camino a casa, todo era completamente normal. siendo honesto no sé que me llamó la atención de ti; estabas a fuera de una tienda repartiendo unos cuantos volantes con una gran sonrisa en tu rostro, claro que llamabas muchísimo la atención. eras guapo y demasiado alegre o eso aparentabas.

te observé detenidamente por unos cuantos segundos, sí, definitivamente tu sonrisa era demasiado preciosa. algunas personas se acercaban a ti con la intención de coquetear, era demasiado obvio, te sonreían e inclusive se atrevían a conversar contigo mientras acariciaban tu cabello, te pedían tu número, etc.

tuve la necesidad de acercarme a ti y saludarte. realmente me hubiera gustado hacerlo como las demás personas, pero no fue así. intenté pasar a tu lado sin siquiera llamar la atención, detestaba ser demasiado tímido.

cuando vi aquel volante frente a mi, no dude siquiera en mirarte. tenías una gran sonrisa en tu rostro, estaba sin palabras. puedo jurar que me quedé helado por un instante. asentí levemente mientras tomaba aquel volante mientras con todas mis fuerzas intentaba pronunciar "gracias"

"de nada, ten un buen día" vi como tu mirada encontró la mía y en ese momento, salí corriendo sintiendo como mis mejillas se sonrojaban y mi corazón se aceleraba.

,,,

así fue como se fue haciendo costumbre el verte diariamente mientras regresaba de mi gran jornada en el colegio, te veía sonriendo y repartiendo volantes. muchas veces sentí la necesidad de saludarte, como todas esas chicas lo hacían, pero no podía, era demasiado torpe.

no podía dejar de pensarte y era por el hecho de que tu sonrisa me provocaba una inmensa felicidad.

en ocasiones nuestras miradas se encontraban y eso me ponía realmente nervioso, más cuando me dedicabas esas grandes sonrisas, me dejaban sin palabras.

quería saber tu nombre, quería hablarte, pasar ratos contigo y eso sonaba realmente estúpido para muchos. porque estaba fantaseando con algo que posiblemente jamás se haría realidad. y en efecto no lo negaba, tu eras demasiado guapo y yo era nada.

era torpe, tímido y ni siquiera me encontraba algún atractivo. tenías chicas y chicos coqueteándote todas las veces que yo pasaba a tu lado, no me puedo imaginar cuantas veces te habrán coqueteado por día. era una gran desesperación y no es como si pudiera evitarte porque era mi ruta diaria, no me gustaba salir de mi zona de confort.

y sé que eso a veces es malo, pero me gustaba caminar solo por las calles que conectaban mi universidad con mi apartamento, más el extra de que así podría verte. también era más fácil llegar y evitaba todo tipo de contacto con las personas, después de todo, temía demasiado el interactuar con los que me rodeaban. era un martirio como universitario y hacía una lucha siempre que tenía que hacer presentaciones, etc. definitivamente me consideraba un asco.

aún así siempre algo en mí me decía que debía romper esa barrera contigo, algo me decía que tu lo valías. es por eso que me maldecía cada vez que caminaba en tu dirección, pero mis piernas inconscientemente quedaban congeladas y terminaba viéndome como un idiota frente a ti. algunas veces llegaste a reír de mi por eso, y no lo dudo. seguro lucía patético.

,,,

un día de esos mientras caminaba en dirección a mi apartamento después de haber salido casi dos horas más tarde de lo normal de la universidad, venía completamente irritado, quería llegar a casa y dormir.

comenzó a llover.

lo que hizo que me molestara, sin embargo, no huí como los demás. no me importó, después de todo, era solo lluvia.