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Una vez dentro de mi casa mi mamá entra junto conmigo y cierra la puerta. Y de nuevo me sorprende eso viniendo de ella, siempre tiene algo más importante que hacer, y por lo general la puerta quedaba entreabierta para que pudiese salir lo antes posible de aquí justo despues de dejar un beso en mi mejilla, señal de que se retiraba.

-¿Te quedaras, mamá? – le pregunte, dejando mi bolso en mi sillón doble.

-Me quedare solo unas horas. Quisiera verte bailar.

Al decir eso mostro una sonrisa que reflejaba emoción. Mientras tanto yo no podía creer lo que me estaba diciendo. Mi rostro se ilumino despues de haberlo procesado. ¡Se quedara! Mi madre nunca se había quedado más de cinco minutos conmigo, en mi casa. Pero lo que más me sorprendió fue que quisiera verme bailar. Esto sin duda merecía celebrar, instantáneamente mi corazón latió más fuerte, y parecía querer hacer una fiesta de lo contento que esta. Yo no puedo contener las lágrimas que se forman en mis ojos. Un momento especial sin duda.

-Emma, no llores – se acerca a mí y me toma de los hombros. – ¿por qué, hija? – pregunta mientras me seca las lágrimas.

Resueno mi nariz y me rio por un segundo mientras me medio recupero.

-Es que simplemente me da mucho gusto que, por primera vez te quedes, pero aún mas es que quieras verme bailar – las lágrimas seguían saliendo de mis ojos.

-Perdóname – se apartó de mi unos pasos, y note como tampoco pudo contenerse.

-¿Por qué debería perdonarte? – mi sollozo se calmó.

-Siempre he tenido otras cosas que hacer, siempre estoy ocupada y casi no tengo tiempo para ti. Quisiera quedarme todo el día contigo, verte bailar, me hubiera gustado enseñarte a bailar. – me quedo boquiabierta.

-¿Sabes bailar? – le pregunto.

-Cuando era una niña siempre quise ir a ver un musical, mi padre me llevo a ver el lago de los cisnes y lo amé – suspiro como si en su cabeza recordara a la perfección aquellos momentos. – Me cautivo la forma en que los protagonistas se movían, con una pasión increíblemente inspiradora. Antes de conocer a tu padre, me escapaba en las tardes a una academia con niñas de diez años y siempre bailaba junto a ellas, me encantaba.

-Ahora sé de donde es esta pasión hacía en baile – ambas sonreímos – de seguro fuiste muy buena.

-Eso te lo puedo asegurar.

Volvimos a reír.

-Qué te parece si dejamos de llorar y mientras yo preparo un postre, tú te cambias y me enseñas el gran talento que tiene mi hija – sonreí y me fui volando a mi cuarto.

Cerré la puerta, me sentía más feliz que nunca y ahora sabía que mi madre había sido bailarina, eso me ilusiono mucho. Mis ojos se aguadaron y no de tristeza, si no de alegría de saber que después de años mi mamá y yo teníamos algo que compartir.

Después de buscar mi antiguo traje de ballet, que no usaba desde hace ya varios meses, quería usarlo para esta ocasión especial. Termine de ponérmelo y me dirigí al espejo, tome una liga y ate mi cabello en una coleta y después hice una espiral y la coloque de forma que hiciera un moño.

Baje con una sonrisa de oreja a oreja, mi madre estaba al teléfono.

-Sí, lo se... y ¿no puede ser otro día?... es muy importante... tienes razón...voy para allá... adiós. – escuche lo que decía mi madre con quien sea que estuviera al otro lado del teléfono.

Ya tenía una idea de lo que iba a venir.

-¿Qué pasa? – mi madre se sobresaltó y guardo su celular en su bolsa.

-Lo siento, Emma. Me surgió una emergencia y necesito regresar a la empresa.

-Entiendo.

Uní mis manos y baje mi mirada hacia ellas, solloce en el último escalón de las escaleras.

-Emma, enserio... – la interrumpí.

-No importa, mejor me voy a cambiar – me dirigí a las escaleras, pero me detuve – ¿sabes qué?, mejor iré a bailar – me paree enfrente de ella. – a Wilson le gusta verme hacerlo. – mi oso, Wilson.

Y aunque esto parecía una escena típica de una niña pequeña que hace berrinche y quiere hacerse la importante con tal de conseguir lo que quiere, sabía que en el fondo se lo merecía por muchas veces como esta.

-Emma...

-Solo vete, ¿si? – le di la espalda.

-Perdón.

Fue la última palabra que escuche antes de oír la puerta abrirse, y luego cerrarse. Me quedé unos instantes aun dándole la espalda a la puerta. Las lágrimas no tardaron en salir de mis ojos.

Me sentía fatal, peor que nunca en mi vida, por un momento me sentí querida, feliz, sentía que podía saber por un momento lo que era pasar tiempo con tu madre, lamentablemente creo que no lo podre obtener.

Después de llorar por un minuto, me seque mis lágrimas bruscamente y me dirigí a mi salón privado de baile.

Cuando abrí la puerta casi la derrumbo de una patada, tome a Wilson y lo coloqué en un banco grande en medio de la sala. Casi nunca usaba mi estéreo para bailar, pero esta vez sentía mucho enojo dentro de mí, lo encendí y coloque a Beethoven, una muy brusca. Me puse en posición, ni siquiera calenté, no me importo.

Comencé a bailar dando las primeras vueltas avanzando al otro lado de la sala, donde se encontraba un gran espejo cubriendo la pared, una vez ahí en la barra mire hacia abajo, tome aire y comencé a hacer las vueltas más intensas, de pronto sentí como si la música se hiciera cada vez más fuerte y la sala se expandía, sin obstáculos. El coraje se apodero de mi mente. Solo pensaba en eso: enojo. Sin darme cuenta las lágrimas comenzaron a salir y cerré mis ojos mientras bailaba, el sonido se hizo aún más fuerte y la canción casi acababa. Todo se volvió negro y no podía detenerme, di un par de vueltas más con las últimas notas. Abrí mis ojos y escuche un ruido de la puerta seguido escuche una voz y lo que pareció ser mi nombre.

Y lo vi ahí en la puerta. Intente parar, pero tropecé con el banco que sostenía al oso. Me golpee.

Una gran oscuridad se apodero de mí, todo era negro, unos pasos se escuchaban cerca de mí, eran continuos, ¿quién será? Mi mente estaba en otro lado, sentía una gran presión en todo mi cuerpo como si estuviese en algo sólido y frio. Hablando de frio, sentía mi mejilla izquierda casi aplastada, y me dolía un poco la cadera.

Gemí por el dolor y el frio, comencé a moverme un poco hasta quedar boca arriba y me di cuenta de que estaba en el suelo, mi mente se puso a recordar lo que había pasado


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⏰ Última actualización: Nov 20, 2017 ⏰

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