Desiciones necesarias...

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La noche fría de diciembre era implacable, dándole el viento gélido directamente en la cara, se ajusto su bufanda roja de modo que cubriera su nariz y boca en un intento de refugiar su cara del viento frío, pero el frío seguía allí colándose y molestándole.

Italia se veía hermosa, si era bella durante la primavera con el sol radiante en lo alto y sus noches cálidas durante pero pero él su época prefería más en esos momentos era ver el invierno en su apogeo allí, todo aquello cubierto por pura y blanca sábana de la nieve recién caída.

Su vista verdosa azul dejo de ver aquel hermoso paisaje de aquel país extranjero, para llevarla al pequeño bulto cubierto por dos mantas calientes en sus brazos.

-Hey Chris, espero y te guste tu nuevo hogar-le dijo con una sonrisa en los labios, viendo al pequeño antes de darle un suave beso en su frente para luego abrazar al bebé en sus brazos de forma cariñosa y restregando su aroma con el.

Cerro los ojos olisqueando el ambiente libre de smog y ruido irritante de la cuidad urbanizada, solo se escuchaba la tranquilidad del lugar y el movimiento de las ramas ante el viento que pasaba por el lugar. Era perfecto.

Sus dedos rozaban el punto suave de calor entre la manta esponjosa que sostenía a su cachorro, vio con cierta tristeza y melancolía la cara plácidamente dormida del bebe junto con los pequeños tonos rosaseos en sus mejillas, nariz y párpados que lo hacían lucir más hermoso y adorable a la vista de cualquiera.

Era perfecto. Su cachorro era perfecto, era la cosa por la que había dejado todo lo que conoció atrás, era la razón de levantarse temprano y alejar todos los pensamientos de meterse una bala en la cabeza por ser inútil en todo lo que hacia desde que llegó a ese mundo dos veces. Era su nueva oportunidad de demostrar que el podía hacer algo bien.

Su bebe era su todo, su calma en medio de la tempestad, su mundo entero, era todo, le daría las oportunidades que el nunca tuvo, amigos, escuela, una casa cálida y amorosa y sobre todo ninguna preocupación o responsabilidad en su espalda ni siquiera Red Hood o Batman podrían hacerle cambiar de opinión, lejos del peligro de un payaso loco que solo buscaba venganza por su antiguo mentor. Era lo mejor para el, para todos, y sobre todo, era lo mejor para su cachorro, sonrió levemente y en un murmullo dijo:

-Te lo mereces, Chris, esto y mucho más-se lo afirmo con cariño dándole otro tierno beso en la frente pequeña del infante aún dormido en los brazos de su "mamá".

Ya no hay vuelta atrás, había tomado una decisión y la mantendría en pie...

Volteo a ver la gran casa y el terreno extenso detrás de el, viendo un pequeño bosque a lo lejos cruzando el patio donde tenía un par de árboles comenzando a pesar que en algún momento deberá hacerle algún par de juegos para su cachorro disfrutase jugar a ya afuera, quizás una casa del árbol o un columpio se verían bien en el lugar...

Su nuevo hogar...

Un lugar que ni siquiera los murciélagos, o cualquier otro héroe o villano conocían su ubicación, se había encargado de que Oracle o el mismo Red Robin no le siguiera el rastro, cubriendo sus pisadas de manera cuidadosa y dando falsas de donde podría estar y así desviar su atención. Y de ser el caso, que encontrasen su pista él se daría cuenta antes de lo que pasaba o pasaria, y eso significaba peligro para su cachorro y no dudaría en huir de allí antes de que la caja de Pandora sé abriese.

Escucho el ruido del motor lo saco de trance trayéndolo a la realidad, viendo como las llaves de su nueva la casa o mejor dicho hogar fueron extendidas por una agente de ventas e inmobiliaria, que se miraba apurada quizás tenía más trabajo o otra cita de trabajo entre manos.

Regalo En RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora