La noche mas larga

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Me encontraba en mi habitación jugando. Ya eran las 23:40 de la noche y mi madre me había dicho que ya es tarde así que me tenía que acostar. Eso era cosa de todos los días, sólo que esta noche iba a ser distinto.

Rápidamente quede en un profundo sueño, hasta que me despierto y me doy cuenta de que aún no amanece. Me quedo mirando el techo.

Mi cama estaba situada en una esquina pegada a la pared con un mueble al lado derecho que me impedía la visión hacia la puerta que siempre cerraba a la hora de ir a dormir.

Me enderezo levemente para mirar hacia la puerta y esta estaba abierta, traté de acordarme si la había cerrado o no pero estaba segurísima que si, supuse que mi madre me vino a ver si me había quedado dormida y se le olvido cerrar la puerta.

Me vuelvo acostar tratando de conciliar el sueño y no pude. Me enderezo nuevamente para mirar la puerta...

Siento instantáneamente como mi corazón comienza a latir el doble de rápido de lo normal, sentía que podía escucharlo y temía que aquello parado en la puerta también lo oyera.

Era un hombre, alto que ocupaba casi todo el marco de la puerta... No podía notarle el rostro, simplemente era una presencia oscura parada ante mis ojos. No atiné a gritar, ni llorar, ni llamar a mis padres. Sólo lo miré sorprendida y volví acostarme. Cerré mis ojos fuertes tratando de pensar en cosas bonitas y poder dormir para que sea de día y sentirme a salvo. Pero no pude, nunca antes había escuchado latir mi corazón tan fuerte, no sabía que hacer.

Nunca se me paso por la cabeza que podría haber sido un ladrón que se metió a la casa, no. Siempre supe que era algo paranormal.

Me enderecé rogando que ya no este, que se haya ido, pero estaba en lo incorrecto.

Miré, seguía ahí, inmóvil. No podía verle la cara pero sabía que me estaba mirando fijamente. Quería hablarle, pero a la vez no, quería preguntarle ¿Que quería? ¿Qué hacia aquí?, pero la voz no me salía, sólo podía mirarlo y sentir como me transmitía todo aquel miedo que tal vez el sentía.

Me volví acostar... No podía soportar más, sentía miedo, demasiado. Sólo quería que se fuera, con mi mente trataba de decirle que me dejara tranquila, que me daba miedo su presencia, que por favor se fuera.

Verdaderamente no sé cuanto tiempo habrá pasado, yo seguía ahí inmóvil con el temor de que aún este ahí. Tenía que averiguarlo de alguna manera. Lentamente me fui enderezando, miro hacia la puerta y no estaba, no había nadie, fue un alivio saber que volvía a estar sola, pero eso no quitaba el miedo que aún sentía. Traté de conciliar el sueño y rápidamente me logré quedar dormida.

Al día siguiente mi mamá me fue a despertar y al abrir los ojos lo primero que hice fue llorar y abrazarla para sentirme protegida de nuevo. Me preguntaba que me pasaba, porque estaba así, le conté todo lo ocurrido la noche anterior y lo único que me dijo fue que todo había sido un sueño, que no fue real lo que vi, pero yo sabía que no era así, uno puede diferenciar cuando uno esta despierto y cuando no, por más real que sea el sueño es muy distinto a la realidad.

Pero esto no llego hasta aquí...

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