Mi Maiubo favorito. (1/2)

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El amor tiene miles de formas de llegar, algunas veces de una manera tan sencilla que de inmediato te das cuenta que te has enamorado y, aun cuando no sabes qué hacer con ese nuevo sentimiento, hay algo que si sabes y es que: no importa la manera de ser de esa persona o sus malas costumbres o hábitos, para ti es y será simplemente perfecto.

En el caso de Himuro Tatsuya, la manager del equipo de baloncesto de la preparatoria Yosen, se había dado cuenta que su tonto amor había iniciado al ver a su pequeño grande Kohai Atsushi, hacer un berrinche al, primero, ir perdiendo un partido de basquetbol contra un antiguo compañero y un antiguo rival, y después, al perder completamente y decir que ya no seguiría jugando basquetbol.

Aun con ese gran berrinche, aun sabiendo como era de perezoso, mimado y olvidadizo, aun con todo eso, no podía dejar que su corazón dejara de latir o sentir las típicas mariposas en el estomago de las que siempre se hablan. Así, sintiendo un amor y ternura por él, fue como solo se dejo llevar por ese lindo sentimiento, con todo y el temor a no ser correspondido.

Por otro lado, en el caso de Murasakibara Atsushi, el darse cuenta de su amor fue un poco más raro y complicado de entender para él, después de todo, la mayoría de los chicos se enamoran por el atractivo físico, el carisma o una bella sonrisa pero, en su caso, todo inició por un Maiubo...

—Atsushi, ¿ya has terminado con tus preparativos del festival de tu grupo? —Le preguntó Tatsuya al ir por el chico a su salón.

— ¿Eh? Ah, Muro-chin ya casi terminamos de hacer los accesorios —Contestó el chico tranquilamente.

—Bien, ya que ya va a iniciar la práctica y...

— ¡Qué fastidio! Y más que ahora se fueron los sempai Masako-chin se ha vuelto más pesada.

—Eso es para tener de nuevo un fuerte equipo para el siguiente torneo o... no quieres volver a perder ¿O sí Atsushi?

—No me importa, todos son un fastidio pero, esta vez, los aplastaré...

Expreso el peli morado haciendo un puchero para enseguida irse del salón junto con la chica quien siempre le sonreía mientras le afirmaba que lo haría.

Murasakibara siempre es muy despistado y si tenía en la cabeza algo era solo dormir y sus dulces, pero últimamente ya se había acostumbrado totalmente a la compañía de la chica, quien se había vuelto parte de las pocas personas que podía ordenarle o decirle cómo comportarse pero, nada más, ya que en ese momento su compañera Himuro no era más que eso, una simple compañera, sin embrago, ese día, al terminar la práctica...

— ¿Atsushi? ¿De nuevo te quedaste hasta tarde para seguir comiendo? —Le preguntó la chica al regresar al gimnasio a dejar las últimas cosas que eran parte de su deber como manager.

—Es tranquilo cuando no hay nadie. En la práctica tenía ganas de comer pero Masako-chin me hubiera regañado. —Explicó el chico mientras seguía comiendo de una bolsa de papas.

—Su pongo que no solo ella sino las demás personas también lo hubieren hecho.

—Todo el mundo sigue siendo demasiado entusiasta... ¡Oh! Todas mis papitas fritas se han ido.

—Entonces, vayamos a casa por hoy.

—Quiero comprar bocadillos, así que voy a una tienda de conveniencia.

—jajaja, voy a ir contigo, después de todo tengo un poco de hambre y compraré algo para mitigarla en lo que llegó a casa.

Expreso la chica sonriendo mientras, trataba de calmar sus nervios de la felicidad que le causaba poder coincidir con el chico y además, poder ir ahora junto con él de compras.

Mi Maiubo favorito (One Shot)Where stories live. Discover now