Mi Maiubo favorito. (2/2)

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Murasakibara y Himuro ya llevaban varios meses de noviazgo, de los cuales, cada día no pasaba de ser uno más dulce que el otro, eran una pareja sencilla que solo disfrutaba el día a día y de su compañía.

En el caso de Himuro, estaba completamente feliz y enamorada de su pequeño niño grande, al que siempre tenía que ayudar, recordarle algo o reprenderlo en sus tantos berrinches los cuales, Atsushi, ahora ya paraba de inmediato cuando esta le llamaba o le reprendía. Pero, lo que la hacía completamente feliz, era poder estar más tiempo con él, conocerlo mejor, conocer aun más pequeñas cosas y detalles sobre él.

Sin embargo, aun con todo esto, Tatsuya sabía que algo faltaba más en su relación y era dar un paso un poco más grande e importante que se da entre las parejas, pero al saber lo infantil que su novio llegaba a ser, sabía que tenía que ser un poco más paciente y esperar.

—Hay que ser más paciente Tatsuya-chan, hay que ser más paciente —Se repetía así, mientras se miraba al espejo al probarse sus lindos pares de ropa interior con encajes que a veces compraba con la esperanza de poder algún día mostrárselos a su amado novio —Tal vez... si me disfrazo de un dulce... —se dijo por ultimo mofándose de sí misma.

Por su parte, Murasakibara solo disfrutaba cual niño pequeño de ser mimado y consentido ahora por su novia: le gustaba los dulces que le regalaba, que le limpiase sus oídos en los descansos, que le preparase ricos almuerzos y presumirle a los demás a su novia, aunque lo que más amaba de ella, era besarla cuando esta acababa de comer dulces y si eran sus favoritos era aun mucho mejor.

Murasakibara no pedía más que eso, estaba completamente feliz y más al sentir cosas raras en el estomago con tan solo verla y escucharla.

Todo esto les platicaba Atsushi con una gran sonrisa a sus hermanos quienes lo habían interrogado sobre su novia.

— ¿y esos dulces Atshi-chan, por qué los separas? —Le preguntó curiosa su hermana.

—Oh, son para Muro-chin a ella le gustan, aunque no pienso darle todos —Le explicó mientras guardaba en una bolsa los cuatro dulces que había separado.

Ante esto, sus hermanos se quedaron bastante sorprendidos, mientras el mayor lloro de la emoción al ver que su hermano ya había "crecido, un poquito".

—Ella ha de ser muy linda, espero la traigas algún día y nos la presentes. —Le dijo otro de sus hermanos.

—Ella es tan linda como un Nerunerunerune de edición limitada exclamó Atsushi mientras comía uno de los mencionados dulces.

—Oh, si es así de linda y dulce puede que tal vez me la robe —Dijo bromeando otro de sus hermanos el cual hizo la finta al chico de robarle uno de sus dulces.

— ¡Muro-chin es solo mía! ¡Te aplastare si lo intentas! —Le dijo amenazadoramente Atsushi a su hermano mientras tapaba con sus brazos los dulces.

—Oh, entonces también te casaras con ella y tendrán muchos bebés. —Le preguntó de nuevo su hermana divertida.

—Mmmn no lo sé ya que casarse quiere decir que tendré que compartir para siempre mis dulces, aunque si es Muro-chin... mmmn...

Le dijo inocentemente Atsushi, pero por un momento se perdió en sus pensamientos al fantasear cómo sería Himuro-chan como su esposa, cómo sería al llegar a casa y ser recibido por un gran festín de dulces hechos por la chica, todos los más deliciosos dulces solo para él y lo más importante, recibir como siempre los dulces besos de la chica.

Mi Maiubo favorito (One Shot)Where stories live. Discover now