Encerrada

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Mi nombre es Amara Figueroa, nací el 6 de junio de 1980 aunque la verdad me hubiera gustado nacer en los 60's. En esa época todo era mejor, grupos de personas a las que no les importaba nada realmente, se subían en sus combies y tocaban excelente música, viajaban por el mundo viviendo en ningún lugar y en todos a la vez. Todo era mejor en el pasado, todo era mejor pero eso terminó. Lamentablemente en la actualidad vivimos en un mundo que todo lo juzga, lleno de gente sin escrúpulos, gente inconsciente que no se da cuenta de lo qué pasa más allá de sus narices y ya no puedo soportarlo. No puedo con tanto, estoy encerrada dentro de mi, como si todo lo que siento y lo que pienso quisiera salir pero hay algo que lo detiene. Tengo que hacer algo, tengo que terminar con esto.

Argentina, plaza de mayo 20 de diciembre de 2001, 227 heridos  y 9 muertos. Se identificó q la responsable de esta masacre como la joven de 21 años de edad Amara Figueroa quien a mano armada se dirigió a la plaza de mayo a las 10 de la mañana de hoy disparando a sangre fría a las personas que se encontraban ahí justo antes de apuntar hacia su cabeza y darse un tiro. La bala no la mató de inmediato pero murió de camino al hospital. La joven será sepultada en unas cuantas horas en el cementerio de la recolecta en la ciudad de Buenos Aires. Con esto finalizamos las noticias del día, sigan con nosotros para ver el pronóstico del clima.

¿Qué es esto? ¿Por qué está tan oscuro? Recién desperté con un punzante dolor en la cabeza, sin poder moverme, me cuesta mucho respirar, como si algo impidiera el paso del aire. Está mojado aquí adentro, tengo frío pero siento un líquido tibio y espeso mojar mi cabello. Recuerdo lo que hice, recuerdo todo lo qué pasó pero no comprendo cómo es que sigo aquí, se supone que debería estar muerta. La desesperación se apodera de mi, solo siento un hormigueo de mi cuello para abajo, no puedo moverme, la bala debió dañar algo en mi sistema nervioso que me impide moverme y ahora solo puedo sentir mi corazón latiendo tan fuerte como un martillo y mis lágrimas escurriendo por mi cara. Siento una culpa incomparable por lo que hice, dale a muchas personas y ahora estoy cumpliendo mi condena. Quiero gritar, pedir ayuda pero no puedo. Estoy completamente sola, encerrada en una caja para cadáveres enterrada varios metros bajo la tierra. No puedo moverme, no puedo gritar, es peor que la cárcel, incluso peor que la muerte. Puedo sentir como el oxígeno disminuye cada vez más. Pasó un tiempo y comienzo a dejar de sentir, esto es peor que el dolor que sentía, esto es inhumano. En eso, comencé a sentí mi corazón latiendo de nuevo a toda velocidad, tan rápido que con tan poca sangre y en esas condiciones mi cuerpo no lo pudo soportar y finalmente dejé de respirar. Matar a tantas personas no me hizo sentir mejor, no cambió el hecho de que me sentía encerrada, ahora realmente lo estoy pero la diferencia es que antes podía haber hecho algo para cambiarlo, tomé una mala decisión que no tiene vuelta atrás, no hay otra opción, no queda nada más. Estuve encerrada durante toda mi vida y ahora lo estaré durante toda mi muerte.

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⏰ Última actualización: Nov 20, 2017 ⏰

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