capitulo 1

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Cierto día al despertar de una larga noche no muy interesante como cualquier otra de esos días de invierno, en donde lo único que aprecias es la infinita oscuridad, sin rastro alguno de las estrellas, pero si el sonido constante de las gotas de lluvia sobre el techo, intensificando cada vez más,haciendo me compañía o recordándome la más dolorosa situación de estar sola sin consuelo alguno, pude darme cuenta que en parte mi vida era como esa noche, pero al final decidí pensar positivo no era que tuviera la mejor vida porque como bien he dicho, en algunas veces esta se asimila a una noche de invierno, aunque bien tampoco era lo peor.
Rentaba un lindo apartamento cómodo, situado en aquellos extensos rascacielos que parecían Infinitos en la ciudad de New York, no muy grande pero si lo necesario para una chica de 18 años, dedicada a los estudios universitarios, sin olvidar mencionar que tuve que marcharme del hogar de mi familia para conseguir esa carrera que tanto anhelaba, con la mala suerte de no obtener una beca, tenia que empezar a buscar un empleo lo suficiente para cubrir gastos..

Ya eran las nueve de la mañana debía levantarme, a ordenar mi lugar de residencia ya que hoy era sábado el día perfecto para iniciar una búsqueda de trabajo, a tan sólo unos meses para emprender mis estudios.

Y ahí estaba yo una simple joven de contextura no tan mal pero tampoco de modelo, con una estatura de unos metros sesenta, piel bronceada,ojos color miel y una larga melena rubia complicada de mantener en su lugar.

Después de ordenar todo me preparé el desayuno unos deliciosos waffles con un café, sentada en el sofá viendo la televisión bueno pasando canales hasta algo llamó mi atención; un anuncio de trabajo, donde ponían la dirección y el dichoso trabajo en una editorial, no se detallaba mucho sólo ponían el correo para enviar currículum, al instante sin pensarlo lo anote en mi ordenador, rogando tener respuesta alguna cuando enviará mis datos ya que pedían el número de móvil para contactar más rápidamente, al cabo de unos minutos decidí levantarme, caminé directo a la cocina para dejar la taza de café que ya había tomado, con entusiasmo comencé a crear el currículum lo envíe rápidamente a la dirección, cruzando los dedos para ser llamada por quien quisiera que fuera el encargado o encargada de hacer la entrevista, estaba agotada después de haber hecho tanto, decidí ponerme otro tipo de ropa, no era fan a maquillarme mucho, sólo lo necesario para no parecer una zombi, puse un poco de base sobre mi rostro y brillo en mis labios, cojí unos cuantos billetes, el móvil y las llaves para salir a dar una caminata por las afueras de la ciudad a respirar aire puro y ambientarme un poco más.

Al dar un paso afuera me detuve y pensé —Con suerte conozca a alguien que me sea de compañía—, no conocía a nadie ni mucho de está ciudad la verdad.
Salí a paso aperezado, pensando en la nada, cada cuadra que pasaba era algo nuevo para mi, las extensas filas de taxis a las orillas de las carreteras, donde a gran velocidad transitan los vehículos, sin cuidado alguno, a cada paso que daba me fui dando cuenta que habían muchos lugares maravillosos que llamaban la atención, de los cuales tenia algún día que visitar,aún me quedaban días libres los cuales podría aprovechar para salir y asimismo conseguir empleo.
También así podría aprender más sobre como movilisarme y no perderme, en esta enorme ciudad que nunca duerme, todo el mundo preocupado de su trabajo y siempre de un lado para otro, ese era el decir de muchas personas.

La Fuerza De Una MiradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora