Capítulo 1

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En una dulce y tranquila pradera, en la que hasta hace sólo un par de horas los animales pastaban tranquilamente, sin mayor preocupación, ahora, podemos ver el escenario de una masacre. Cientos de cadáveres de soldados Praedors yacen muertos. En el centro de la pradera, podemos ver a dos hombres altos y fuertes que seguín peleando a puños y gritando. Uno de pelo rubio y corto,peinado hacia atrás, con ojos azules. El otro de pelo negro,recogido en un moño con unas varillas de hierro, sus ojos eran de un color oscuro,pero al sonreír parecía como si un reflejo verde saliese de ellos.

- BROWSTONE JODER! Te digo que los jinetes cuentan el doble. -Dijo mientras le pegaba un puñetazo en la cara al otro hombre.

-ACASO NO APRENDISTE NADA DEL VIEJO, YELLOWSTONE? Los que cuentan doble son los que visten las corazas. -Dijo a la vez que le devolvía el gancho a su compañero.

-QUE YO HICE MÁS PUNTOOOS!!!
.-Gritaron los dos a la vez que se volvían a enzarzar en una pelea que llevaba empezada hacía más de una hora.

De repente, los dos hermanos se dieron un puñetazo simultáneo en la barbilla, callendo al suelo inconscientes...

Yellowstone empezó a abrir los ojos,lo veía todo borroso,y le dolía todo el cuerpo. Las peleas con su hermano siempre acababan así, llenos de magulladuras y heridas, a veces muy serias. Yellowstone se acordo entre risas de la vez que su hermano casi le cortará un brazo por mirar a la hija de un jarl del Sur de Vahmonde , a la que estaba intentando conquistar.

Cosas de hermanos.-Pensó el.

-HEEEEEEEY, ESPERA, DONDE COÑO ESTAMOS??? -Dijo Browstone, sacando a Yellowstone de sus recurdos.

Los dos se pusieron a mirar a su alrededor, intentando comprender lo que había pasado. Se encontraban en una jaula con ruedas,tirada por dos caballos bretones, caballos anchos y fuertes, típicos en ese tipo de labores. No sólo estaban encerrados en una jaula y sin sus armas, y por si no fuese suficiente, estaban rodeados de Praedors. Browstone pudo contar unos 30, todos armados y a caballo.
Un Praedor que parecía un alto cargo, ya que su yelmo tenía una pequeña cresta de pelo rojo al estilo romano, a diferencia del yelmo liso y básico que llevaban los demas, se les acerco y les dijo:
-Como han dormido las Bestias Salvajes? -Así era como los Praedors llamaban a los Vikingos como Browstone y Yellowstone.

Browstone lo miró con odio, deseaba romperle la cara en ese mismo lugar, no por lo que les había llamado, eso le daba igual, sino, por el simplemente motivo de que no le gustaba la cara del Praedor, era unha cara ancha,con una cicatriz que iba desde el final de la ceja derecha hasta la mejilla izquierda, el ojo derecho era completamente blanco, seguramente se lo cortaron junto con el resto de la cara.

Yellowstone, callado, estaba mirando hacia todos lados,buscando una solución, una manera de escapar de aquel problema. De repente, se fijó en un Praedor que estaba a unos 4m por detrás de su jaula,de su espalda asomaba la empuñadura de un mandoble, la empuñadura era más grande que la cabeza del soldado, era una empuñadura vieja y desgastada por el uso, con el mango verde y adornos de plata. Pero Yellowstone la reconoció en ese mismo instante. Era Gisli, su mandoble, el que le había dado el Viejo antes de irse. En ese momento, Yellowstone que se encontraba sentado con la espalda apoyada en la parte delantera de la jaula, dio un salto y se colocó en el otro extremo, pegado a los barrotes. Le empezó a gritar al Praedor que tenía a Gisli colgada a su espalda:

-TU! EL DEL MANDOBLE! Más te vale que me devuelvas a Gisli ahora mismo si no quieres que haga una alfombra con tu pellejo.

El soldado lo miro extrañado por un segundo, pero de repente, el y todos los que habían odio los gritos de Yellow se empezaron a reír. Alguno casi se cayó del caballo de tanto reírse. Eso aun hacia que Yellowstone se enfadase más. Browstone miraba la escena cada vez más enfadado, ya se había olvidado de la cara de aquel soldado de antes. ahora pensaba que si ese soldado tenía a Gisli,siempre le pareció unha tontería ponerle nombre a las armas,al fin y al cabo son eso,armas, quien tendría sus hachas?. Brow empezó a mirar a cada uno de los soldados en busca de sus hachas, cuando por fin las encontró, metidas en las alforjas de uno de los caballos de un soldado, se empezó a reír, pues el soldado que las tenía, era el mismo de la cicatriz de antes. Yellowstone cada vez se enfadaba mas. Las risas ya se estaban calmando cuando el soldado que tenía a Gisli apuro a su caballo para acercarse a la jaula. Esto provocó el silencio total. El soldado miro a Yellowstone por un momento y dijo:

 Valhalla; La Caída De Los DiosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora