Capítulo 1: ¿Qué haré contigo?

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Todos estaban de vuelta en sus respectivos templos a excepción de uno. Un joven de pelo negro verdoso camina lento pero seguro, en dirección a su templo. Estaba distraído mirando el suelo mientras caminaba cuando escuchó la vos de quien no quería ver por el momento. Subió la mirada y saludó.— Bu-Buenas Aioros. —Dice Shura mientras paraba su andar, había llegado al templo de Sagitario.— ¡Shura! ¿Qué tal? —Exclama el sagitariano al ver al capricorniano parado frente suyo.

Era una noche cálida que hacia que los caballeros revividos se sientan como en los viejos tiempos. Si bien fue la magia de Odin quien los revivió a los 12, Athena no dudó en recibirlos de vuelta como parte de su ejército.

Shura se saca la tiara dorada proveniente de su armadura, para mirar mejor al mayor.— Es... Es una linda noche... —Quería avanzar pero no podía dejar así como así a Aioros con la palabra en la boca. Tenía que ser cuidadoso con lo que hiciese. Sobretodo con él. — Si, es una muy linda noche de verano. —Contesta Aioros quien voltea para ver el cielo y disfrutar el paisaje estrellado, en eso le pregunta a Shura.— ¿Ibas a tu templo? —Fue lo primero que atinó a decir, quería hablarle más profundamente, pero había algo que le impedía, y tanto él como Shura lo sabían.— Si, me dirijo a mi templo. —El de signo de capricornio le responde.

Había una especie de barrera que no permitía que ambos caballeros pudiesen expresar sus más profundos sentimientos, para Shura es por lo ocurrido hace 12 años con Aioros, ese recuerdo de ambos no lo deja avanzar más, a ninguno de los dos. Así una amistad es completamente destrozada.

Shura se despidió de Aioros, debía seguir hasta su templo. El otro sólo aceptó el saludo y en silencio observaba al capricorniano marcharse.

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Era un día nuevo para el Santuario, pero increíblemente era el segundo día para los muchachos. Todos se levantaban a hacer sus quehaceres, aunque no todos las cumplen a la perfección. Allí estaba Death Mask simplemente sin hacer hacer nada tirado debajo de un árbol.— ¡Que caloooor! —Fue lo que exclamó el cangrejo mientras mantenía sus ojos cerrados, fingiendo que no dormía. Por su vaga mente pasaba el recuerdo de Helena y cómo ella había muerto en sus manos. En eso llegaba Afrodita quien lo vio ahí descansando en vez de andar trabajando como corresponde.— ¿Te gusta no hacer nada, verdad? —Se le sienta al lado, pues el calor no permitía que el ánimo de trabajar fluyera correctamente. De lejos se veía a Shura quien andaba entrenando como nunca junto con Aldebarán.— Él si se ve con ánimos, a pesar del calor. —Comenta el caballero de Piscis mientras que el de Cancer se quedó dormido.

El sol se hacía sentir mientras las horas pasaban, se podía percibir el calor al ver el sudor que Shura tenía en todo su cuerpo. Se encontraba entrenando ahora con Milo, parecía increíble que no parara, eso puso en los pensamientos de sus compañeros de armas la llama de vida que tiene ahora el caballero dorado de Capricornio, era admirable para muchos de los soldados que veían los entrenamientos de los dorados en el Coliseo. Desde las gradas se veía un par de dorados que descansaban.— Shura se ve bien, no se está cansando. —Dice Aldebarán al voleo, mientras tomaba un poco de agua.— ¿Hmm? Eso parece. —Milo observaba cada momento, ahora el capricorniano se encontraba entrenando con algunos soldados que se ofrecieron, parece no cansarse, o mejor dicho, parece estar en otro mundo...— Shura... Será que... —Pensaba Mu. Todos saben lo que ocurrió en el pasado, no es ningún secreto, y a pesar de tener una nueva vida, tener la oportunidad de empezar de cero, simplemente Shura no podía con eso, hay una barrera que no le permite expulsar esos sentimientos latentes. Estaba más que obvio que sólo quería distraerse, Mu y Shaka lo sabían, se habían dado cuenta de eso.

Mis sentimientos por ti (Yaoi) | Saint SeiyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora