Muy bien, no sé qué hago en este lugar. Siento que mi cuerpo está temblando contra mi voluntad, no puedo reaccionar. Quiero salir, ahora.
Sólo puedo ver oscuridad, y dos paredes a los lados, con puertas de color rojizo, ¿Estaré en un hotel? No lo sé, la ansiedad hace que quiera llorar.
Al final del siniestro pasillo, puedo ver que alguien está observando la última puerta. Quiero acercarme y hablarle pero no puedo, mi cuerpo no reacciona ante mi necesidad. No me puede estar pasando esto.
La persona que estaba observando, murió, alguien la había matado. Un hacha de hierro rompió su cráneo. Esa persona estaba muerta, y yo, parado, inmóvil, observando, no pude hacer nada para evitarlo. No pude contenerme, rompí a llorar.
No supe qué hacer, me preguntaba si vendría por mí, pero tampoco quería saberlo. Mi cuerpo comenzaba a reaccionar, necesitaba buscar un refugio, en alguna de las habitaciones. ¿El asesino me habría visto? Dios quiera que no, iré tan rápido y sigiloso como pueda, por más difícil que parezca
Me acerco hacia una de las habitaciones, le dirijo la mirada para verificar si me vió, nada al parecer, tendré como ventaja el hecho de que se encuentra masacrando los restos del cadáver. Seguiré buscando.
¿Cómo iba a hacer para escapar de este lugar, si ni siquiera sabía con certeza dónde me encontraba? Entro en la habitación, veo que hay objetos muy extraños en ella, lo que me lleva a pensar que no es realmente un hotel. O que al menos no estaría funcionando como uno. Se hallan extrañas sustancias en distintos frascos, y una luz roja titila encima mío. Un teléfono descolgado, repite la misma frase una y otra vez "El teléfono celular al que usted intenta llamar, está apagado o fuera del área de servicio... El teléfono celular al que usted intenta llamar, está apagado o fuera del área de servicio..."
Desde el interior de la habitación, puedo seguir escuchando el sonido del hierro cortando la carne, en un ritmo mortal, acompañado por la sorda exhalación del hombre desenfrenado y lleno de ira.
Intentando no hacer ningún sonido delator, me escondo debajo del escritorio en el que se halla el teléfono. "El teléfono celular al que usted intenta llamar, está apagado o fuera del área de servicio..."
Luego de un tiempo, junto el valor para salir de la habitación, en la que no soportaba estar, necesito encontrar la manera de salir de este lugar. Pero el terror hace que ante cualquier sonido me congele.
Busco aspirinas entre los cajones, pero no encuentro más que unas llaves, y una navaja suiza. Agarro las llaves, probablemente podrían ayudarme a salir, y la navaja parecía una herramienta importante también. Sigo buscando algo con qué protegerme, como un cuchillo o un arma de fuego, pero algo interrumpe mi búsqueda; el teléfono había dejado de sonar, pero pocos segundos después comienzo a oir una respiración exaltada del otro lado de la línea; quien sea que estuviera ahí, intentaba decir algo. Desesperado, agarro el teléfono e intento hablar con esa persona. "¿Hola? ¿Hay alguien? ¿Podés ayudarme? Quiero salir de este lugar como sea" la voz de una mujer, comienza a decir forzosamente lo que parecían ser sus últimas palabras "corre, izquierda, izquierda, derecha, sigue, izquierda, salida". Interpreto sus palabras como instrucciones, y con un lápiz del escritorio escribo sobre el primer papel que encuentro sus palabras. La llamada se corta, la puerta de la habitación, se abre y siento cómo la adrenalina comienza a recorrer mi cuerpo."
-No puedo recordar más.
-No se preocupe, señor Gutiérrez. Yo creo que pudimos avanzar bastante por hoy. Son memorias muy vívidas, Julio.
-Gracias. Iré anotando todo lo que recuerde... Pero por el momento, en mi mente no aparece más que el instante en el que salí corriendo... luego, no sé nada más.
-Está bien, lo comprendo. No se esfuerce. Siga tomando las pastillas que le receté y lo veré de nuevo la semana que viene.
Un asesinato ocurrido en verano de 1976, en el Hotel California. Un caso reabierto luego de 40 años por oficiales y detectives de Buenos Aires, esta vez con la ayuda de un testigo con el que no contaban en aquellos tiempos y tecnologías tan precisas como infalibles.
Julio Gutiérrez, un hombre de unos 63 años estaba en tratamiento para recuperar su memoria, luego de un largo tiempo en coma. Parecía ser él, el único hombre en el planeta que podría contar con precisión lo ocurrido esa noche, en ese hotel maldito. La investigación requeriría tiempo, pero sólo de ese modo podrían llegar a responder quién estaba detrás de la larga cadena de asesinatos que estaban ocurriendo en aquel abandonado hotel.
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Hotel California
Truyện NgắnInvestigación reabierta sobre un viejo asesinato, para buscar al responsable de una cadena de asesinatos en Buenos Aires, cerca del abandonado Hotel California.