Oblivion

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Para MoonBooChoi, quien ha logrado sacarme muchas sonrisas con sus divertidos comentarios. Estuvo desaparecida un tiempo, ¡pero ya regreso! ♡ 




Un suspiro inaudible empañó el vidrio de la ventana, acabando con gran parte de su campo visual.

Lee Ji Hoon, a sus 20 años de edad, ya era un profesional en cuanto a música. Trabajaba regularmente para una empresa que, muy de vez en cuando, lo solicitaba para componer unas cuantas letras para artistas principiantes aún no conocidos, pero el sueldo era suficiente para sobrevivir y pagar el alquiler de su apartamento.

Siempre tenía una fuente cercana de inspiración —o musa, como suelen llamarle los artistas— para escribir sus obras maestras, pero aquella vez fue distinto...

Las palabras de su jefe aún golpeaban ruidosamente cada esquina de su cabeza: «Me gustaría que esta vez escribieras una canción romántica; quiero una letra que logre captar los corazones del público... Ya sabes, algo que les haga sentir vibraciones por todo su cuerpo. ¿Entiendes?» Pero ¿cómo iba a comprenderlo? Él jamás había experimentado ese tipo de sentimiento: el amor.

Así que allí se encontraba, observando a través de su ventana, desde el tercer piso del edificio, cómo algunas parejas paseaban por el parque del frente. Intentaba imaginar sus historias: cómo se conocieron, cómo fue su primera cita, cómo fue que comenzaron a salir, ¿quién se le habría insinuado primero al otro? Sin embargo, nada funcionó, porque ni en sus sueños podía ser un romántico, y tampoco era uno de sus planes, pues sabe cuánto sufren las personas debido al amor. Tuvo el infortunio de verlo muy de cerca muchas veces, incluso en casa, con sus padres.

Sus amigos de la escuela solían buscarle chicas para que saliera con alguna de ellas, pero nunca mencionó que, en realidad, él era homosexual. Jihoon era tan reservado con sus asuntos que prefería no hablar sobre sí mismo; es más, le gustaba oír los asuntos de otros, no por entrometido, sino para ser sólo un oído para aquellos que necesitaran de alguien que los comprendiera. La mayoría de las veces oía por un lado y dejaba que saliera por el otro; otras veces oía, lo procesaba, más de alguna idea se le venía a la cabeza y dejaba volar su imaginación a través de sus escritos, creando letras de canciones que jamás nunca mostraría a alguien.

Un segundo suspiro escapó de entre sus labios, volviendo a empañar el vidrio, y aprovechó de esbozar una que otra línea sobre el cristal que separaba dos mundos completamente distintos: allá afuera, en el cual vivían todos; allí dentro, donde se encontraba el suyo, un lugar solitario. Luego deslizó su brazo por la ventana para limpiar, porque recordó que sus dedos dejarían marca —su madre siempre se lo advertía cuando paseaban en el coche en días de lluvia.

Cansado de buscar una musa inexistente dentro de su pequeño estudio —más bien, una de las esquinas de la sala de estar, la única benditamente iluminada con luz natural—, tomó su abrigo y las llaves de la puerta para ir a la tienda de conveniencia. Tal vez tenía suerte y encontraba algo interesante en el camino.

Cuando regresaba a casa con su bolsa de compras, a un par de cuadras antes, se encontró con un artista callejero que danzaba con energía; sus brazos y piernas se movían en perfecta sincronía. A veces sus hombros parecían desencajarse y su cabeza despegarse de ellos, pero regresaban a su lugar con otro movimiento que volvían a dejar a Jihoon marcando ocupado.

Oblivion | SoonHoon [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora