My Reason - ChanBaek

Del odio al amor hay un paso.

—¡Jodete gigante de mierda!

—¡No es mi puta culpa que seas una enano frustrado!

⚔️💓

—¿Chanyeol?

—¿Eh?

—Has estado distraído cariño, ni siquiera has probado la cena.

—Su crush peleo de nuevo con él.

—¡Baekhyun no es mi crush! Es todo lo contrario, una escoria más.

—Del odio al amor hay un paso —tarareo.

—¡Cállate Yura!

—Silencio los dos, terminen de cenar y a dormir que mañana salimos temprano de viaje.

—Una semana sin escuela y sin ver a la pequeña escoria —sonreí empezando a comer.

⚔️💓

—¡Se están acercando!

—¡Fuego!

—¡La victoria es nuestra!

—General.... General... ¡General!

Desperté agitado y sudando frio, no estaba en mi habitación, mucho menos en mi cama, si no, en una pequeña casa de campaña hecha con una gruesa manta, traté de levantarme, pero me sentí mareado y caí sobre mis rodillas.

—Parece que alguien bebió de más anoche.

—Silencio Sehun, no quiero que nos mande al ultimó de la formación de nuevo.

—¿Qué... que estoy haciendo aquí? —mi vista se estaba aclarando y vi a dos chicos de mi edad viéndome extrañados para empezar a reír.

—Nos dirás que no sabes quién eres ¿no?

—Chanyeol ya nos aplicaste esa una vez.

—¿Cómo saben mi nombre?

—Bebe esto —lo hice y escupí.

—Que asco.

—¿Asco? Es el mejor vino que encontramos en el camino.

—Yo no bebo vino, solo agua y algunas veces gaseosas.

—¿Gaseosas?

—¿Y mamá? Un momento, esto es una broma de Yura, ¿no es así?

—Chanyeol cuando dicen que los guerreros no tienen madre es literal.

—¡Mamá! —traté de levantarme, pero de nuevo el mareo, así que gateando salí gritando por mamá hasta que ellos me metieron de nuevo.

—¡No vuelvas a hacer eso! —me grito el de nariz grande.

—Eres el general al mando, ¿Cómo crees que quedas dando ese espectáculo? —ahora fue el de sonrisa gatuna.

—¿General al que?

—Oh maldición, en verdad no recuerda nada.

—¡En tu vida vuelves a tomar así! —me aventó a las mantas donde estaba recostado —¡Ahora vístete y da la orden de regresar al castillo! Muero por comer hasta reventar —estaban por salir.

—Espera —voltearon —¿Quiénes son?

—Oh SeHun, tu segundo al mando.

—Kim Jong Dae, tu otro segundo al mano.

—Digamos que uno es tu mano derecha y otro la izquierda —asintieron y salieron.

No sabía que ponerme, así que vi una gran armadura negra y traté de ponérmela, aunque pesaba y olía feo.