Capítulo 1: Cuando los sueños vuelven a la realidad

4.2K 204 41
                                    

Narra Sherwin
-Te amo más que a nada en este Universo, Sherwin-me dijo aquel chico que siempre he amado desde que lo vi por primera vez.
-Yo también te amo, tanto como tú a mí-respondí.
Mientras que él se acercaba cada vez más hacia mí, un beso se acercaba mientras la lluvia caía fuertemente. En ese momento, escuché un sonido...
Observé mi celular señalando las 6:30 a.m., mientras que la alarma con el tono de la canción If You Ever Come Back de The Script, mi canción favorita, sonaba fuertemente. Todo fue un sueño. Otro más de mis terribles sueños que han vuelto a la realidad,  a la cruel realidad de que él no me ama. O al menos es lo que pensaba.
Como todos los días, me levante inmediatamente, soltando una o dos lágrimas, sufría demasiado por este sentimiento que no podía ocultar hacia él.
Bajé al primer piso y llegué a la sala, donde saludé a mi madre (cuyo nombre es Beth) con un beso en la mejilla.
-Hola cariño-me dijo-¿Por qué lloras?-preguntó intrigada.
-No, solo son lágrimas por abrir los ojos luego de una larga noche-le dije.
Odiaba mentirle a los demás, especialmente a mis padres, pero no quería que se enteraran de lo que me ocurría.
-¡Buenos días hijo!-me dijo mi padre, su nombre es Derek.
-Buenos días-contesté con una sonrisa.
Me acerqué a la mesa, tomé un vaso de leche que estaba ahí, y lo bebí rápidamente. No me gustaba desayunar antes de la escuela, así que sólo tomaba esto. Terminé y me limpié los labios.
-Me iré a bañar y a arreglarme para la escuela-les dije.
-Está bien-dijeron al mismo tiempo.
Subí al segundo piso, me fui al baño, y me di una ducha. Sin embargo, las gotas que caían sobre mi cuerpo me hacían recordar la lluvia que caía en mi más reciente sueño con él, lo cual me hizo sentir muy mal. En serio, no había forma de explicar el porqué de todo este sufrimiento, simplemente, lo amaba, daría todo lo que fuera con tal de tenerlo a mi lado todo el tiempo. Empecé de nueva cuenta a llorar, me arrodillé en el suelo mojado, pero no tan mojado como no corazón bañado por tantas lágrimas saladas que salían de mí con tan sólo recordar el nombre de aquel chico, eran ocho letras perfectamente combinadas:
J-O-N-A-T-H-A-N
¡Jonathan!, no había un nombre más bello que ese. Luego de diez minutos de dolor y más dolor, salí del baño, sequé un poco mis lágrimas y fui a mi armario para ponerme mi uniforme, lo odiaba, playera polo azul con un pantalón gris y zapatos de vestir negros, ¡qué terrible elección! Pero tenía que usarlo, además Jonathan se veía lindo con esta ropa, le quedaba a la perfección.
Terminé de vestirme, me cepille los dientes, y pude notar que mi cara estaba roja, claro, después de tantas lágrimas caídas, cómo no estarlo. Me mojé la cara un poco tratando de controlarlo, sin embargo no funcionó del todo.
Bajé de nuevo, me despedí de mis padres, tomé mi mochila y salí de mi casa. Desde lejos, pude observar algo, era Jonathan, pude ver todo lo que me llamaba su atención: sus hermosos ojos azules, tan hermosos como dos diamantes juntos, su adorable cara morena que me hacía suspirar, su cabello negro que se veía tan suave, su ligeramente fuerte cuerpo que me hacía sentir que me protegería de cualquier peligro; pero sobre todo, su sonrisa, esa sonrisa larga que dejaba ver perlas tan hermosas, tan blancas y brillantes. Sí, él me tenía cautivado. Me sonrojé un poco (por no decir mucho). Estaba tomando un libro y al parecer una manzana roja que estaba sobre la mesa del comedor de su casa, disponiéndose a salir de ella. Y ese era otro problema para mí todos los días, ¡el y yo éramos vecinos!, tenía que verlo a veces en las mañanas al ir a la escuela, y otras veces de regreso a nuestro vecindario. Y eso no es todo, también en algunas noches, (por no decir todas las noches), observaba desde mi ventana, la cual daba a la suya, y lo veía a él, mientras dormía profundamente con una sonrisa tierna en su rostro, le lanzaba un beso y le decía "buenas noches, mi amor".
Volviendo al presente, ¡estaba a punto de salir de su casa y probablemente venir hacia mi!, así que hice lo que cualquier cobarde enamorado haría, correr rápidamente antes de que me viera...
Y seguí corriendo en mi camino a la escuela...

In a Heartbeat (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora