Locura de amor © [Saga Arevalos #12]

Capitulo 6

Adán

— ¿puedo saber que te pasa?— miré a Marcelo.

— nada —tomó la botella y se  servio una copa de Wiskhy.

— estás tomando y es de día —se encogio de hombros y se sentó  en el sillón del porche.

— quiero tomar Adán — me senté  frente a él.

—¿qué pasa?

—  pasa que esto de estar atado a una mujer por una maldición me tiene al borde. ¿sabes lo horrible que se siente que todos los hombres de este pueblo la quieran para ellos?

Negué.

— yo no veo que Lalita, les haga caso.

— no lo hace pero los celos me carcomen —apoyó los codos en sus rodillas — ¿viste la sala?

Miré a Marcelo como si estuviera loco.

— para venir al porche debemos pasar por ella ¿pensabas que me teletransportaba?

La furia de Marcelo me causó gracia.

— me refiero a las malditas flores, parece una floristería.

— si, están bonitas aunque a mi parecer el arreglo floral más bonito eran las rosas rojas, ese debió ser mas caro.

— ¡Adán! eres un maldito — me encogí  de hombros.

—  ¿querías que pasara de lejos y les hiciera mala cara a las flores? ellas no tienen la culpa de que las hayan traído donde el refunfuñon.

El apuro su bebida y apretaba los puños.

— deseo desde lo más profundo de mi corazón que la maldición te toque ya, para que sepas lo que se siente.

sonrei y me levante a coger un vaso.

— presta — le quite la botella y me serví, ¿en serio creía que la maldición sería para mi? Era un bastardo — sabes que no tengo perro que me ladre, menos pulgas que quieran brincar en mi cama. Estoy solo Marcelo.

—  te he dicho que lo intentes con Raquel, ella es tu chica.

— no puedo hacerlo, a ella literal se le forman corazones en los ojos cuando te ve — bebi un trago.

— lo dices tan tranquilo Adán, me doy cuenta que no te interesa — me encogí  de hombros.

— te dije, esperé tanto que el amor murió — detuve mi mirada en mi vaso y saqué aquel pensamiento — deseo saber por qué Gema me odia. Me mira y es como si un bicho asqueroso se ha aparecido ante ella.

— Gema no es así.

— quizás contigo

— ¿te gusta Gema? —  mire sorprendido a Marcelo, ¿cómo se le ocurría que me gustaba Gema?

— estás loco, es una chiquilla, hace poco aprendió a amarrar las agujetas de sus zapatos.

Levanté la mirada al ver pasar a Gema como torbellino por el porche sin mirar a ningún lado, lo mas seguro es que había oído, pero no dije nada malo así que me  encogi de hombros.

— no me gusta que está chica ande sola en el río,  algún peón la puede ver bañarse desnuda... —frunci el ceño ante las palabras de Marcelo, recordaba a la perfeccion sus curvas en aquel precioso pijama, me levante y decidi ir a vigilarla, no se sabia quien pudiera verla y exponerla a cualquier peligro.

Aunque me odiara la vigilaria, me sentí un anciano al tratar de bajar las escaleras, así que lo hice de dos en dos para tratar de alcanzarla, está chica debía ser fans del correcaminos, llevaba una velocidad sorprendente.

Jadee para recuperar el aliento,  ante nadie daría mi brazo a torcer de que ya no tenía la misma energía de hace unos años atrás.

Cuando llegue al río,  miré hacia abajo ya que estaba en una parte elevada. El río se miraba calmó, vi la cabellera rubia brillar como el oro, en la posición en que yo estaba podía vigilarla bien.

La vi sentarse debajo de un árbol frondoso y abrazar sus piernas, desde mi altura no podía ver su rostro.

Era magnífica su belleza era distinta pero eso la hacia única.

Me senté y ahí la contemplé junto al río, no sabia cuanto tiempo llevamos de estar ahí, sólo sé que me senté para mirarla de que no fuera atacada o que  la espiara algún peón.

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Kgerals 💙