Selfish II | 𝗗𝗮𝗿𝘆𝗹

5. "No hay nosotros"

Daryl buscó en su mochila algo con qué curar la herida de Megan. Encontró un par de medicamentos pero quién sabe si en verdad iban a servir.
Hasta que finalmente halló un hilo. Debía intentarlo.

—¿Lista? —le preguntó.

—Nací lista —Dixon rodó los ojos y prosiguió a curar dicha herida.

Megan intentaba ahogar sus gritos ya que podría llamar demasiado la atención de quienes no quiere así que mordía la manga de su chaqueta con mucha fuerza pero el dolor era inevitable y hacia querer desmayarse.

Finalmente, a los pocos minutos Daryl logró curarla con éxito, se sintió orgulloso de sí mismo ya que no era doctor como para saber cómo coser una herida. Y está vez salió ganando.

—Gracias —dijo ella intentando ponerse de pie pero el dolor en su estómago permanecía ahí haciendo que soltara un quejido.

—Aún no estás bien. Tenemos que ir lo más rápido posible hacía Alexandría —ella asintió con la cabeza.

El cazador la ayudó a ponerse de pie y sentarla sobre la moto. Él también se subió y antes de arrancar sintió los brazos de Megan abrazar su espalda. Sintió un nudo en su estómago y miles de pensamientos en su cabeza, pero aún así logró enfocarse y avanzar rumbo a Alexandría.

[...]

Aunque el viaje se hacía enterno, Megan lo disfrutaba al máximo. Al estar abrazando a Daryl se olvidó del dolor que sentía en su estómago y se dejó llevar por sus sentimientos y la fresca brisa que producía la velocidad de la moto.

—Mierda, mierda —escuchó las quejas de Daryl, no entendía que ocurría.

Pero en cuanto la moto comenzó a dejar de avanzar por si sola, supo que era lo que estaba pasando.

—Vaya —dijo la chica sin entusiasmo.

Megan bajó de la motocicleta y Daryl también, este último intentaba aguantar y no hacer un escándalo de la rabia. Es que la peor suerte la tenía él.

—Quizá si seguimos a pie podamos llegar —ofreció ella.

—Seguramente no, en poco tiempo se hará de noche, será mejor quedarnos en el bosque y esperar hasta mañana para que nos vengan a buscar. —Daryl movió el vehículo hasta llegar al bosque y dejarlo allí.

Megan simplemente lo seguía sin protestar. Era eso o nada.

—Quédate aquí mientras yo hago una trampa para los caminantes —era un truco que solía utilizar, atar unos hilos en cada árbol con unas latas por si algún caminante se llegara a acercar.

La castaña se quedó allí pensando en nada a la vez que intentaba quitarse la sangre de encima con un trapo.

Hasta que su mente formuló una pregunta ¿y si este es el momento para hablar con Daryl y dejar las cosas claras de una vez?
Aunque también, podría seguir intentando ser distante y fría pero se le está haciendo difícil.

—Encontré un sitio mejor.

Ella giró la cabeza bruscamente y efectivamente había una casita no muy lejos ¿cómo no la vieron?