Mi Todo y Mi Nada

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Cuando te conocí, fue como si un huracán se desarrolla en mi interior.

Eras todo, y a la vez mi nada, mi brillo más oscuro.

Por momentos eras lo menos sentimental.

En otros mi comida favorita, mi deseo.

Ocasionalmente quería que fueras mi manzana bíblica. Mi manzana prohibida.

Yo quería que fueras Adán, Eva y una serpiente endiablada.

Prontamente entendí que aquel huracán interior quería matarme.

Tú, siempre fuiste tú, pero no me importaba ya lo que fueras.

Ámame, destrózame, vuélveme a crear. Párteme en pedazos y pégalos.

No me importa, ya nada lo hace, tú, mi gran todo y nada.

Cristales RotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora