Mi pecado.

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Traté hacer lo mejor para ti, tanto así que dejé de verme a mí.
Dejé de ser yo mismo, me perdí.
Todo lo que quiero hacer es cuidarte. El mundo puede irse al carajo, ya no me importa los que piensen terceros.
Tú y yo estamos primeros, no debemos caer.
Creo que me estoy enamorando otra vez.
No me interesa poder equivocarme, porque solo quiero llenarme más y más de tu alma y tu carne.
Ambos nos ahogamos en la pasión ciega.
Da igual el contraste que tengamos, como la melancolía y la alegría. Encontraste una parte de mí que creía perdida.
Al estar alejados siento vacío, soy un moribundo y no encuentro el rumbo de este oscuro mundo.

-F.

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