Yo te protejo. [Camren]

45. Acepto.

Camila miraba despegar el avión en el que viajaban Sofi y su padre. Iba a ser un poco difícil estar sin ellos por dos semanas. Se colocó sus gafas y salió del aeropuerto con destino a su oficina. Un bostezo se escapó de su boca. Había dormido poco luego de ir al pesaje de Lauren.

Un semáforo en rojo la hizo detener el auto. Mientras esperaba a que los transeúntes cruzaran, su vista fue captada por una persona en particular. Sinuhe atravesó la calle hablando animadamente con Lucy.

Camila las siguió con la mirada hasta que se perdieron en un local de café. Un claxonazo la despertó de su distracción.

A esas alturas ya no sabía lo que hacía. Cuando se dio cuenta el auto estaba estacionándose fuera del local al que había entrado Sinuhe. Cerró la puerta y entró.

Lucy fue la primera en notarla.

- Hey Camil…

- Tenemos que hablar. - Se dirigió a Sinuhe, tomándola del brazo y alejándola de la fila a una esquina.

- Ok, ¿un café? - Ofreció la mujer mayor.

- Sólo… - la expresión de Camila mostraba que le costaba demasiado todo eso. Pero necesitaba una explicación. - ¿Por qué Lauren sabía de ti? - Sinuhe miró a Lucy, que tomó su vaso de café y las dejó solas.

- ¿Quieres sentarte?

- No, quiero que respondas.

- Hija…

- ¡No! Sólo... ¡Arrrgh! Mierda. - Bajó sus hombros y dio media vuelta.

- ¿Le has preguntado a ella? - Escuchó decir a su madre detrás de ella. - Veo que te importa mucho cómo te encuentras Camila, ¿pero te has preguntado cómo se encuentra ella?

- No hables de ella como si la conocieras.

- ¿Y tú? Ni siquiera le has dado oportunidad de explicar el por qué sabe quién soy, o por qué no puede decírtelo.

Camila apretó su quijada y finalmente salió del lugar.

- Un poco intenso para su primer reencuentro. - Lucy se acercaba a Sinuhe.

- Que haya venido hasta mí me parece un gran avance. A ella realmente le importa Lauren.

- ¿Y a quién no ma? ¿La has visto? - La mujer le dio un pequeño golpe a Lucy en la frente.

- Estas hablando de la novia de mi hija. - Lucy sonrió a su madre.

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El día iba transcurriendo lentamente para Lauren. Desayuno, entrenamiento, entrevistas, firmas de contrato. Todo parecía ir en cámara lenta.

- Hey. - Normani sacaba de su ensoñación a la ojiverde. - No estás poniendo atención.

- Perdón Mani, ¿qué decías? - Normani descubrió que no importa lo que hiciera o qué tan importante fuera, Lauren no la acompañaba en ese momento.

- ¿No has tenido noticias de ella? - Refiriéndose a Camila.

- Ni un mensaje.

- Nada nos asegura que no fue ayer.

- ¿Podemos hablar de otra cosa? - La mirada de la ojiverde seguía en la ventana.

- Mañana tienes libre toda la mañana. Pero te quiero puntual. Descansa.

- ¿Ya hemos acabado por hoy?

- Sí.  - Normani detenía su auto fuera del edificio de Lauren.