"Tú. Tú eres el buenos días de un día de mierda"
David Sant.
Seth.
Juego con Margot mientras Ileana prepara el desayuno. Estos días en casa me han hecho tan bien, estar con mi hija es lo más bonito que me pueda pasar al despertar cada día.
Nunca me imaginé que algo tan pequeño cómo lo es ella pudiera darme tanta paz y más que nada, tanta felicidad.
No necesito nada más, no quiero nada más que no sea ella y mi esposa.
—Estaba pensando que ahora que ya estés mejor podemos irnos de vacaciones —volteo y veo a Ileana en la puerta de la sala. En la mano sostiene una cuchara de plástico.
—¿Los tres solos?
—No, o no sé. Sería bueno que invites a tu hermano ¿no crees? Hemos pasado por tanto estas últimas semanas que ya nos merecemos un descanso.
—Puede ser, aunque no sé si Nelly quiera ir, ya sabes cómo es ella.
—No sé porque no la conozco y...—se queda callada. Volteo a verla.
—¿Qué?
—¿Está de más que diga que quiero conocerla? —se acerca a mí —. Sé que fue tu novia y todo lo que pasó pero creo que Nelly puede ser una gran amiga.
Me rasco la nuca.
—Yo...no sé, no te puedo decir porque no sé que piense ella.
No me imagino a mi esposa siendo amiga de Nelly, ellas dos son tan diferentes, ambas nacieron en mundos tan desiguales, lo único que puede que tengan en común será la moda y ya. No puedo negar que ambas saben lo que es vestir bien y esas cosas de mujeres que poco entiendo yo.
—Mira —me mira con una sonrisa en los labios —. Le diré a Nate y que él le diga a Nelly ¿ok?
—Me parece perfecto —sonríe cómo si le hubiera dicho que Margot ya sabe decir mamá.
Se da la vuelta y entra a la cocina. Seguro que está haciendo una ensalada, otra vez. Sigue cada recomendación del doctor, no me gusta solo comer ensaladas.
Margot bosteza y cierra sus ojos, la levanto del sofá y la recuesto en mi pecho. Que sepa que no importa cuando lo necesite yo estaré con ella y la cuidaré día y noche.
Quiero para mi hija la vida que a mí y mi hermano se nos negó, quiero que salga a la calle sin la preocupación de que alguien le pueda hacer daño. Quiero que vaya con sus amigos a tomar un café, al cine o simplemente que pueda decidir que quiere hacer con su vida y que no se le imponga nada solo por ser mi hija.
Eso es lo que quiero para ella, porque eso es lo que me hubiese gustado para mí.
Escucho el timbre, me pongo de pie pero Ileana sale de la cocina.
—Yo voy —me sonríe y regreso a mi lugar.
Acaricio la espalda de mi hija, y la aprieto a mí. Me gustaría que nunca creciera, que se quedara así de pequeña para siempre y que no descubra nunca la maldad que existe en este mundo.
—Seth —volteo y detrás de mi esposa está mi hermano.
—Nate, hola —Ileana se acerca al ver que Margot está dormida.
—La voy a llevar a su cuna —le asiento con la cabeza y me pongo de pie para saludar a Nate con un abrazo. Hacía días que no lo había visto.
—¿Qué haces aquí? ¿Qué pasa?
ESTÁS LEYENDO
Contigo en el Infierno III (COMPLETA)
RomanceLa vida siempre fue cruel con Nelly, le quitó lo que más amaba y eso la dejó rota. Tan destrozada, que tardó mucho tiempo en sanar cada una de las heridas que consumían su alma. El amor de su hijo y el cariño de su familia han logrado que la fría y...