Charlotte

10 0 0
                                    

Vine a visitarte como todos los días, a recordarte como siempre, oh Charlotte, mi pequeña Charlotte, un nombre que fue elegido solo para ti, y que, con tan solo decirlo vienen a mi tantas emociones y que desde el primer momento en que nos miramos, supe que tu tenías que ser solo para mi, tu sonrisa no sale de mi cabeza, nunca lo hará.

No puedo dejar de pensar en el último día en que miré tus muy hermosos ojos verdes, tu cabello, más suave que el mismo algodón, tus labios, esos labios tan rosados, los cuales muerdes cuando estás nerviosa, tus mejillas, llenas de pecas, las cuales resaltan cada vez que te sonrojas.

Eres tan perfecta, que casi no me creía que estabas conmigo, siendo tu el sueño de cualquiera, una chica que enamoraba no sólo con sus cualidades físicas, sino también con sus cualidades intelectuales, tan inteligente, tan sabia, tan bondadosa, que a veces no te reconocía.

Aún recuerdo cada expresión de tu rostro, cada movimiento, como cuando te pones nerviosa, mueves las manos de una forma tan graciosa, y tan tierna a la vez. ¿Entonces que sucedió Charlotte?, ¿Por qué tuvimos que llegar a esto?, si tan solo tu hubieras dado por mí tanto como yo lo hice por ti.

Todo sería diferente, no habría necesidad de esto, si tan solo hubieras entendido que tu y yo estábamos hechos el uno para el otro, ¿recuerdas cuando nos conocimos? Tu bello rostro era iluminado por la luz que se ventilaba de aquel traga luz que se encontraba sobre nosotros, estabas tan radiante, tan bella.

Recuerdo que cuando te hablé por primera vez tu estabas tan tímida, tan callada, ¿recuerdas que tus amigas habían dicho que yo te gustaba?, el sentimiento era mutuo, tu me gustabas tanto, y para ese momento supe lo mucho que te adoraba.

Cuando fuimos a nuestra primera cita, fue mágico, por que tu habías hecho esa noche mágica, con tu belleza, tu timidez, cuando por primera vez te entregaste a mi, no solo en cuerpo, también en alma, sentía todo tu amor en lo más profundo de mi maldito ser, estaba seguro de tu amor, pero de repente todo cambió.

Perdóname Charlotte, perdóname por lastimarte, no era mi intención, yo simplemente quería que entendieras que no estaba bien lo que hacías, con tu belleza cualquier hombre estaría detrás tuyo, y no iba a permitirlo, no, por que tu me juraste lealtad, por que me dijiste lo mucho que me querías. No entiendo el por qué de todo lo que me hiciste hacer.

¿Recuerdas a Anthony?, Demonios, cuando lo encontré cerca de ti en el colegio, ese maldito. Tu me obligaste, lo tuve que matar, ¡por tu culpa!, tu le estabas coqueteando, y claro, quien no iba a querer estar contigo. ¿James? Fue exactamente lo mismo, así como con Joseph, Matt, Louis, todos ellos, ¡maldición! Hice todo eso por ti, pero no podía más con tu traición. Hice tanto por ti, debía asegurarme de tenerte conmigo siempre, de que estuvieras segura de mi amor.

La primera vez que discutimos, lo recuerdo perfectamente, tu querías ir a una fiesta con tus amigas, llevabas un vestido demasiado corto, no iba a permitir que salieras así, pero no, tu no me hacías caso, así que te tuve que encerrar en el cuarto, para que no te fueras así. No me hablaste en una semana, pero un día lo entendiste, claro, no duró mucho tiempo tu obediencia, sólo quería eso de ti, obediencia y lealtad.

Te quería solo conmigo, pero tu no entendías eso, tu querías ser tan libre como cualquier otra chica, la realidad era que tu no eras una simple chica, eras mía, querías dejarme después de la última vez que peleamos, tu me dijiste que ya no podías estar conmigo, ¡mierda, Charlotte! ¿Después de todo lo que había hecho por ti, solo vienes y me dices eso?, Dijiste que yo era muy violento contigo, pero, yo lo hacía por tu bien, sólo quería que estuvieras segura, quería que entendieras que existían límites conmigo, y que no podías llevar una vida normal.

Tu me obligaste a todo. Y te odio por eso, pero te amo, te amo por que me diste los mejores momentos de mi maldita vida; Charlotte, te amo con todo mi maldito ser, y el hecho de que hoy, dos semanas después de tu muerte venga a verte, no significa que no te ame, lo tuve que hacer, tuve que matarte.

Debía hacerlo, antes de que me dejaras, no hubiera soportado perderte, no hubiera soportado el saber que estabas en brazos de alguien más, cuando tu me habías, prometido amor, ese recuerdo aún martilla mi cabeza.

Me encontraba fuera de casa, trabajando para darte lo mejor, pues hacía casi nada que nos mudamos juntos y tu me traicionaste. Arruinaste todos los planes que teníamos, todos nuestros sueños, nuestras ilusiones.

Lo tenías planeado, hiciste tus maletas, te ibas a ir, ibas saliendo de casa, cuando por suerte yo llegué, discutimos, mucho, mientras tu amiga llegaba en su auto, le dijiste que se fuera, luego tu me golpeaste, así que para que no siguieras peleando, tuve que golpearte hasta que quedaras inconsciente. Tuve que meterte a casa, cargando, te recosté en la cama y despertaste, entonces lo hice.

Me golpeaste, dijiste que era un maldito, dijiste que me dejarías, que ya no me amabas, pateaste y lloraste, así que sin remordimiento tomé el abrecartas que estaba sobre el tocador, y con una cortada rápida y limpia lo hice, la sangre comenzó a salir de tu hermoso cuello, lentamente, con su color carmesí, espesa, mientras tus bellos ojos verdes se enfocaban en mi, en el momento en que perdían todo su brillo.

Nunca vi una obra de arte tan hermosa, tan perfecta como tú delgado cuerpo recostado sobre el mármol del piso, tu hermoso vestido rosa, empapado de sangre, tu delicada piel blanca, tus mejillas rosadas que iban perdiendo su color poco a poco.

Tuve que limpiar todo; por supuesto, nadie nunca te encontraría, pues nunca nos vieron juntos.

Te extraño, y te amo; quería que tu me amaras, simplemente no pudiste hacerlo, y eso te costó la vida, por que no pudiste serme leal, por que después de tanto que había hecho por ti, me traicionaste, si tan sólo pudiera decirte lo mucho que te amo, lo mucho que quisiera tenerte conmigo, que cada día que pasa te extraño más que el anterior.

Yo hubiera hecho cualquier cosa por ti, maté, sólo por ti.

Por supuesto la noticia de tu desaparición se hizo notar, carteles con tu hermoso rostro en las calles, buscándote, créeme, yo no hubiera querido que esto llegara hasta donde llegó, pero no pude hacer nada para evitarlo, simplemente no te quería con nadie que no fuera yo, tu no lo quisiste aceptar.

Querías ser libre cual Paloma, y lamento mucho el haber sido yo quien cortara tus alas, e impedir tu vuelo, no fue lo más correcto, pero era mi única opción, tu te irías de mí, sin ninguna consideración, ¿y yo?, yo me quedaría sólo, sin ti.

Hoy vengo aquí, a decirte lo mucho que te amo, mi pequeña Charlotte, me gustaría que algún día pudieras perdonarme, yo solo quería que tu me amaras tanto como yo te amé a ti, simplemente quería que entendieras que tu eres sólo mía, no pudiste entenderlo, y ahora estás muerta.

Charlotte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora