Capítulo 4

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Después de un rato de encontrarnos caminando observe a Natsu de reojo y decidí romper el silencio.

—¿Por donde vamos a empezar?—le pregunté a Natsu con algo de curiosidad caminando a su lado.

El me miro de reojo, tenía los brazos puestos atrás de la nuca mientras caminaba por los pasillos de la escuela.

—¿Empezar que?—pregunto algo distraído caminando a mi lado observando las aulas.

Este imbécil se había olvidado que me tenía que enseñar el Instituto. Lo mire con una gotita en mi sien. El se sobresalto un poco mientras me miraba.

—¡Me tienes que enseñar el instituto—le dije mientras lo miraba cruzada de brazos mientras caminaba a su lado.

—¿Eh? —el me miro, como si no supiera de lo que la estaba hablando, después de unos minutos, se golpeó levemente la cabeza con la mano—
Ah, cierto...Venga ¿Que quieres que te enseñe primero?

—Pues necesito que me enseñes todo.—le dije mientras lo miraba con algo de obviedad en mi expresión ladeando levemente la cabeza, el me miro algo extrañado levantando levemente una ceja.

—No puedo enseñartelo "todo" —dijo el con una leve sonrisilla en su rostro mientras caminaba a mi lado— ¡Apenas nos conocimos ayer!—exclamo riendo leve.

Lo mire algo extrañada levantando levemente una ceja.

—¿Y quien se supone que va a enseñarme el Instituto?—le pregunte cruzando mi brazos debajo de mis pechos algo molesta.

El me miro algo sobresaltado—¿El Instituto? Pensé que me querías ver desnudo—dijo eso con calma mientras seguía caminando.

Sentí como mis mejillas se ruborizaban ante las palabras del chico y frunci el ceño algo molesta y apenada—¿¡Por que demonios iba a querer verte desnuda!? —solté algo agitada mientras caminaba acelerando un poco el paso— ¿Es que acaso todas a las personas a las que vas a hacerles un recorrido por la escuela quieren verte desnudo?

—En primer lugar, esta es mi primera vez enseñándole a alguien el instituto, y en segunda no soy muy popular y dudo que alguna chica quiera verme desnudo—admitió el.

Escuché como el reia atrás mío y aceleraba el paso para seguirme, me detení de golpe al escucharlo y gire sobre mis propios talones.

—¿Y por que crees que yo querría verte desnuda?

—Tienes cara de pervertida.

Di un leve bufido al escucharlo pasandome las manos por el cabello mientras lo miraba algo enojada.

—Venga Luce, no te enojes. Era una broma—dijo el acercándose a mi mientras palmeaba mi cabeza como si fuese una niña pequeña—¿Quieres ir a la cafetería? Empezaremos por ahí y de paso buscamos algo de comer ¿Te parece?

El me sonrió mientras me agarraba del brazo y se encaminaba por los pasillos. Una vez fuera del edificio de Fairy tail caminamos por unos jardines llenos de flores, en uno de estos se encontraba en medio una fuente.

—Estos son los jardines, este lugar es hermoso de noche, casi nadie viene a esa hora pero vale la pena, las estrellas de logran ver a la perfección gracias a que este lugar apenas es iluminado de noche. —dijo el sonriendome de costado mientras me miraba de reojo—también cuenta la leyenda de que algunas noches las hadas que cuidan este jardín salen a danzar entre las flores y a cuidar de que nadie maltrate el lugar arrancando sus flores, también dicen que cada año hay unas flores "mágicas" por asi decirlo, que cuando se abren, se iluminan de diversos colores, por esa época es que las hadas salen a danzar —dijo el algo maravillado, como si de un niño se tratase— recuerdo que la primera vez que me enteré de eso empecé a venir cada noche, pero la mayoría de las veces me quedaba dormido y no lograba ver nada, con el tiempo me rendi y me dije a mi mismo que eso sólo era un cuento para niños.

—Me gustaría ver esas flores algún día—solté mientras miraba al frente sonriendo levemente de costado, el me miro y sonrió.

—¿Que te parece si algún viernes por la noche nos quedamos a acampar en este lugar?—pregunto el revolviendome el cabello, así traemos comida y así para esperar, de paso contamos historias de terror.

Lo mire y devolviendole la sonrisa, el siguió caminando, una vez fuera de los jardines logre ver varias mesas y las adelante un edificio con puertas de cristal, dentro de este habían más mesas. Una vez dentro observe a unos cuantos estudiantes de distintas edades que se encontraban aún desayunando. Sólo quedaban unos pocos pues eran las 11 de la mañana, suponía que la mayoría ya habian desayunado. Junto a Natsu me senté en una mesa, el se levantó de la mesa mientras me miraba.

—¿Que es lo que deseas para desayunar?

—Uhmmm...No lo se, sorprendeme.

El sonrió mientras se daba media vuelta y caminaba hacia una barra donde una señora de unos 50 años miro a Natsu con el ceño fruncido y empezaba a hablarle, Natsu le sonreía mientras hablaba, observé el lugar notando como las personas que quedaban hablaban y reían. En una de las mesas vi a tres personas albinas, y un chico rubio, la chica de cabello blanco largo y ojos azules se encontraba hablando con el chico rubio el cual usaba unos cascos los cuales llevaba colgados al cuello, abrazaba por la cintura a la Albina de cabello largo. La otra chica tenía el pelo corto y los ojos azules, al parecer los tres albinos eran hermanos.

—Aquí tienes—la voz de Natsu me saco de mis pensamientos, observé como el se sentaba frente mío con un plato de panqueques cubiertos de miel y una taza de café. Frente a mi había un plato igual y un café con leche, lo miré y le sonreí.

—Gracias, ahhh hace tiempo que no comía uno de estos—murmure riendo leve mientras lo miraba de reojo y agarraba el tenedor llevándose un trozo de panqueque a la boca, sonreí al sentir la sensación de la miel en mi boca—Ahhh~...¡esta delicioso!

Natsu me miro riendo leve mientras comia—Lo se, la cocinera hace los mejores panqueques que puedas probar en tu vida.

Seguimos comiendo, no pude evitar sentir miradas sobre mi, no les di mucha importancia y termine de comer, cuando terminamos salimos de la cafetería, pasaron las horas y Natsu me había enseñado ya la mitad del instituto,  me mostró el salón donde pasaríamos la mayoría de las clases y el lugar donde pasábamos música y Artes. Eran las 5 de la tarde y nos sentamos en una bancas que se encontraban cerca de la cancha de fútbol.

—Bueno Luce, ya te enseñe las partes más importantes del instituto, ya no podrás perderte y si lo haces puedes llamarme.

—Gracias Natsu —rei un poco mientras cerraba levemente los ojos dando un corto suspiro.

—Y dime ¿Tienes algún pasatiempo?

—Pues...me gusta bastante dibujar, también leo bastante y me encanta escribir.

—Ohhhh así que escritora y artista —dijo el sonriendome leve.

—No creo considerarme artista pero gracias...—murmure rascandome la nuca devolviendole la sonrisa—¿Que hay de ti? 

—¿Mis pasatiempos? Pues...—el se quedó pensativo y chasqueo los dedos—no se si podría considerarse un pasatiempo pero me gustan mucho los videojuegos—admitió el riendo leve rascándose la mejilla—También me gusta cantar de vez en cuando.—dijo sonriendome—aún que no lo hago muy bien pero bueno...¿la intención es lo que cuenta no?

—Eso es genial, espero que algún día pueda escucharte cantar, o que me enseñes a jugar videojuegos—rei leve a lo que el igual río.

—Tranquila Luce, nunca es tarde para aprender el bello arte de los videojuegos, y algún día te cantare,  espero no romperte los tímpanos.

Reímos mientras nos levantabamos de la banca y nos dirigiamos a los dormitorios. Nos encontrábamos subiendo las escaleras y pude ver a la chica albina de pelo corto, ella se nos estaba acercando mientras sonreía con amabilidad, pude notar como Natsu se ponía tenso y su sonrisa se desvanecia y a los pocos segundos volvía a sonreír mientras me miraba.

—Hay que apurarnos,  no quisiera que Happy se vuelva a escapar de la habitación por el hecho de que no me encuentro ahi—empezó a excusarse mientras me agarraba de la muñeca y subiamos a nuestro piso, dejando a la albina parada en frente de la escalera observandonos como subiamos, mire a Natsu y logre notar como el seguía tenso.

¿Por que se habrá puesto así al ver a esa chica? ¿Le gustaba a caso y no quería hablarle? ¿O había algo más detrás de todo eso? Creo que le preguntaré al llegar al dormitorio...

Noches de Estudio《NaLu》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora