P.o.v Lucy
Era un día normal como cualquier otro, los pájaros cantaban alegremente y mi hermano me despertaba de la manera mas tranquila posible...nótese el sarcasmo.
-¡Lucy! ¡Despierta!-grito Sting tirándome un vaso de agua helada. Me pare de golpe y le pegue una ostia en la cara provocando que el caiga al piso-Yo también te quiero mucho hermana...
-¡¿Idiota por qué rayos hiciste eso?!-grite alterada a lo que el solo se rio y se sentó al borde de mi cama. Yo lo mire enojada y me cruce de brazos haciendo un puchero. Se lanzo encima mio y me abrazo a lo que reí levemente.
-¡Bueno Lu no te enojes!-me dijo abrazándome mas fuerte a lo que me reí leve. Sting es un chico muy tierno. Desde que teníamos cuatro años siempre es así.
-Sting...no me dejas...re-respirar- le dije con el poco aire que me quedaba en los pulmones. El me soltó inmediatamente y se rio nervioso.
-Sera mejor que nos apuremos si no queremos que el auto nos deje. Hay algo que no entiendo de todo esto- se dirigió hasta la puerta de mi cuarto y paro en el marco de la puerta dándome la espalda.
-¿Huh? ¿Y que es Sting?-me levante de mi cama dirigiéndome a mi armario agarrando ropa limpia.
-¿Por qué tenemos que llevar maletas? Digo es una escuela, no un campamento.
Y ahí esta la pregunta que no quería escuchar, se preguntaran por que ¿No? Pues es que a Sting nunca se le puede decir nada, la primera vez que nos mudamos de casa el hizo un berrinche ya que no se puede acostumbrar fácilmente a los nuevos entornos.
-Al parecer papá no te dijo nada-suspire mirándolo-Nos vamos a quedar en ese colegio hasta que terminemos la gestión escolar-susurre esperando a que no se enojara-Así son las normas del colegio.
-Oh ya veo, mejor me voy a alistar-bufo cortante, saliendo de mi cuarto y cerrando la puerta de un portazo. Suspire y me empecé a cambiar.
Ese chico no tiene remedio...
Me puse un jean azul y una polera de manga larga, unas botas negras que me llegaban hasta la rodilla. Agarre mis lentes de encima de la mesa y los guarde en mi bolso, junto con mi celular y billetera.
Una vez lista baje con mi maleta al comedor, en el cual estaba Sting comiendo unas tostadas. Me senté a su lado y el me miro de reojo. Parecía calmado, no entiendo por que se enoja por todo y por nada.
-Por el amor de Dios pórtense bien. Recuerden que es una nueva escuela, nueva vida-escuche a mi padre decir saliendo de casa. Sting y yo nos miramos mutuamente y suspiramos sin darle mucha importancia.
Terminamos de desayunar y salimos con nuestras maletas. Afuera había un auto esperándonos. Sting fue llevando las maletas al auto, me quede observando la casa y un recuerdo me vino a la mente.
Era una noche como cualquier otra y mis padres habían organizado otra de sus lujosas fiestas. Estaba sentada en el pasto jugando con mi muñeca a la cual la había llamado Michelle. Había acabado de cumplir 7 años hace un mes atrás. Bufe y me cruce de brazos ya que estaba aburrida y mis padres no dejaban salir afuera a Sting ya que él se encontraba enfermo. Me acosté en el pasto y mire a mi muñeca. Suspire y me quede mirando las estrellas.
-¡Hey! ¿Estas despierta?-un chico se paro en frente mio y me miro atentamente de pies a cabeza. Lo mire y me senté en el pasto a lo que él se sentó en frente mio. Agarraba un dragón de peluche en su mano derecha.
-¿Porque estas en mi jardín?-bufe a lo que él se cruzo de brazos e inflo los cachetes.
-Me aburría demasiado en esa fiesta y no sabia que hacer así que me mandaron aquí-bufo y me miro-¿Quieres jugar?
-¿Eh? ¿Y a que quieres jugar?-el rio leve y se levanto del pasto estirándome una mano con una sonrisa de oreja a oreja. Suspire y agarre su mano levantándome de pasto.
-Bien que te parece si jugamos a que tu eres una princesa y yo soy el dragón que te mantiene cautiva en la torre.
-Pero yo quiero que el dragón sea mi amigo-hice un puchero cruzándome de brazos e inflando los cachetes. Él se rio y suspiro.
-¡Bueno este dragón va a ser tu amigo!-dijo alegremente sonriéndome y acercándose a mi y levantándome del piso y poniéndome en su hombro como si fuese un costal de papas. Reí leve y el chico empezó a correr por todo el pasto.
Ya era casi la 1 am estábamos acostados en el pasto mirando las estrellas. El padre del chico lo llamo a lo que el me miro y suspiro.
-¿Cómo te llamas?-me miro sonriente levantándose del pasto y ayudando a levantarme.
-Mi nombre es Lucy...-susurre y él sonrió-¿Cuál es tu nombre?
-¡Nos vemos la próxima fiesta! ¡¿Vale?!-grito a lo que yo me quede mirando co corria donde estaba su padre sin recibir respuesta a la pregunta que le habia acabado de hacer.
-Pero que chico mas raro...-suspire cerrando los ojos, abrazando contra mi pecho a mi pequeña muñeca. La levante encima de mi viendola y me di cuenta de que esa no era mi muñeca. Era el dragon de aque chico. Sali lo mas rapido posible del patio pero el chico ya se habia ido. Al parecer nos equivocamos de peluches.
Con el pasar del tiempo nunca mas volvi a ver a ese chico. Me senti muy triste ya que lo considere mi unico amigo, la razon: mi padre no dejaban que me relacionase con chicos de mi edad.
Las bocinas del auto me sacan de mis pensamientos, Sting me llamaba desde el auto yo apresure el paso y me senté en el asiento del copiloto. Saque mis audífonos y mi celular y me puse a escuchar música. El viaje duraba once horas así que me dispuse a dormir.
-Hey Lu ¿En que pensabas tanto que no respondías?-dijo Sting, lo mire por el retrovisor del auto y suspire.
-No era nada-susurre y después de unos minutos caí en los brazos de Morfeo.
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Noches de Estudio《NaLu》
RandomNo se permiten copias o adaptaciones Personajes pertenecen Hiro Mashima