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Megan, megan! ¡Tu puedes!

—Mami, Papiiii, ¡El trofeo!

—Lo ganaste!!!





—MAMÁ!!! PAPÁ!!! No... Me dejen sola... Mami, papi.









Despertó dando un gran salto de la cama, sudando frio y asustada.

Había sido un sueño... Pesadilla, fue una pesadilla.

O tal vez una quesadilla (Yo arruinando momentos :v).

—¿5:15? Yo aún no me despierto... Bueno, no debería—Apagó la alarma que aún no sonaba, pero si ya estaba despierta, pues que se le iba a hacer.

Hizo su rutina diaria, pero esta vez le aventó una chancla a Fox.

—¡QUE TE DESPIERTES, CARAJO!

—¡OYE!

Suspiró, estaba algo estresada... O quizás demasiado.

—Me voy, haste el desayuno y... ¡TE TOCA LAVAR LOS PLATOS!

Sin decir nada más, la albina se retiró.







Meg, Megan, Meg, Megan.

Ambos nombres le gustaban, pero no sabía cual tomar por el real.

Megan antes de la adopción.

Meg, después.

Su pasado no fue el más bonito, y sus amigos la ayudaron a superarlo, seguir adelante, pero eso no impedía los recuerdos melancólicos.

Ni los cólicos (Ok, ya me calmo).

Ya estaba frente a la escuela, que acababa de ser abierta.

—¡Oh, Meg! Ya llegaste, y tempranísimo.

Sonreí.

—Sí, me desperté temprano.

Caminamos juntad hacia el aula y dejé mi bolso.

—¿Megan? Te noto nerviosa.

—¿Megan?

—¿Prefieres Meg, entonces?

—No, sólo... Nadie me dice Megan, lo sentí extraño después de tantos años.

Joy dio una ligera sonrisa y abrazó a Meg.

—Todo está bien.

—Oye, no soy una niña pequeña.

—Tienes 15, Meg.

—Igualmente.

Comenzaron a reír.

—Meg, sobre lo que quería decirte, no me gusta ayudarte con el plan. Eres mi amiga, mi mejor amiga, pero... Me siento mal haciendo esto.

Miró a la ojiámbar, su rostro reflejaba seriedad.

Esta suspiró, haciendo un gran silencio.






Comenzó a reirse.

—¡No voy a odiarte, tontita!—dijo abrazandola, y esta correspondió.

—Ah, ¿no? Gracias.

Sonrió.

—Sólo le diré lo que siento. Vale, tengo que ir a hacer algo.

—Bueno, pues te espero aquí.

La albina asintió y salió corriendo.

—Meg, últimamente te ves sospechosa...

—Nadie te preguntó Chica.

—Retiro lo dicho, sigues insultando.

—Ajá. ¿Sabes? Tú cabello y el de Fox quedan de la patada.

—¿Y? ¿A qué viene eso?

—A pegarte en el pecho, que ahí duele como el demonio—dijo y se fue, tras darle un golpe ahí.

—¡OUCH! ¡Vete al cuerno!

—¡CON GUSTO!

Y entonces, como si de niños pequeños se tratara, pasaron corriendo unas personas, devolviendole el golpe antes dado a Chica, en el mismo lugar.

—¡EL KARMA! Espera, ¿tienes pechos?

Esta no quiso saber más, y se fue con una cara de dolor.




















Tras una práctica en su banda, ella estaba cansada.

—Chicos, ¡perseguiré a Fox! Tengo qud decirle algo.
























—Me gustas Fox!

—Chica...










Este preciso momento durará un capítulo más :v

Adiós.

¿Qué es lo que siento por ti? (Fnafhs)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora