Crisis adolescente

Adios

Capítulo 2- Estoy bien

Mire a mi alrededor, todas mis cosas estaban en cajas, no parecía mi habitación, parecía mucho más grande, espaciosa y increíblemente vacía. ¿Así que no lo había soñado? Me iba a Denver. Me senté en la cama, tenía la ropa del día anterior, no me había molestado en ponerme el pijama ni en desmaquillarme, por mi propio bien sería mejor no mirarme al espejo hasta que me duchara. No había mucha luz, pero como no había cerrado las persianas, pude distinguir mi móvil en la mesilla de noche, ahora vacía, y normalmente, llena de collares pulseras, pendientes, fundas para el móvil , etc. 

6:30 de la mañana, no estaba cansada. Aun que lo estuviera no podría dormir más. 7 mensajes

Babette, ¿Estás bien? llámame.

Donna.

E, sabes todos estamos preocupados, Llámame por favor.

 Lux.

 Llámame, Lux y yo nos quedamos a dormir, estamos preocupadas, llevamos 2h llamándote

Donna

Llámame a la hora que sea, pero llama antes de mañana o te vamos a buscar a cas.

Te quiero.

Donna.

Lo había olvidado, iba a ir a casa de Donna, a darle la bienvenida a Lux, quién volvía después de dos semanas en California. Ahora tendríamos que celebrar una despedida, y desgraciadamente la mía. Pensé en llamar a mis amigos y decirles que me iba, pero eran las 6:30, así que decide, que se lo contaría a Donna y Lux y ellas lo dirían a los demás. En realidad no lo hacía pensando en no despertarlos, solamente quería evitarme despedidas.

Me fui al baño, y como muchas otras veces agradecí que estuviera en mi habitación y fuera solo para mí. Me desnude y me metí en la ducha. El agua estaba caliente, siempre me había gustado notar el calor con mi piel color mate. Los músculos se empezaron a relajar, y sentí un tirón en el cuello. Una mala postura. Genial.

Salí de la ducha, con mucho esfuerzo, pero salí, cogí una toalla azul y me envolví el cuerpo después otra para el pelo color verde. Salí de mi habitación y puse música en  los altavoces. Estaba alta, ¿Pero que más me iban hacer mis padres? Al recordar a donde me iría esta mañana, el mundo se vino abajo otra   vez, y sentí que mi vista se volvía borrosa. No basta, pensé. Ahora ya está, no puedo llorar más. Con esa ultima idea me vestí. Elegí algo fresco, pues estábamos en septiembre a una semana  y media de empezar el curso, y  todavía hacía calor. Deje mi pelo castaño caer suelto por mi espalda haciendo pequeñas ondas en las puntas. No me apetecía plancharlo como solía hacer asi que lo deje como me quedo con el secador, y no me decepciono.

Me miré al espejo, parecía estar bien. Me ricé las pestañas, y les puse rímel. Nada más, así estaba bien, me veía bien. Era hora de llamar.

-¿Babi?- dijo la voz ronca de Lux, obvio que las desperté.

-Si soy yo...

-Babi- era Donna- ¿Qué paso? estábamos preocupadas, no nos cogías, ni contestabas

Les conté todo,  estaba claro que la idea les parecía horrible, oí como Lux sorbía los mocos, y un par de sollozos de Donna. Cuando lo asumieron, empezamos hacer bromas.

-Sabes, Babi, quédate en mi casa, mi madre te adora, estoy segura de que te dejaría, dormimos en mi cama, somos pequeñitas- dijo entre llorosa y divertida.

-Volveré para tu cumple Donna

-Más te vale.

La puerta de mi habitación se abrió, era mi madre. ¿Ya era la hora? Mire por la ventana. Hacía sol, ¿Cuánto tiempo tarde?

-Cariño, nos vamos en media hora, desayunas en el avión, coge George, vendrá ahora a por las maletas-como entro se fue.

-Parece que me tengo que ir.

-No te olvides de nosotras, llámanos, envíanos fotos, mensajes, te queremos Babette

-Y yo chicas, Os quiero, bye

-Hasta pronto.

Colgué. En ese momento llamaron a la puerta.

-Adelante-Eran mis hermanos con George, el asistente.

-Se le echara de menos señorita-dijo mientras cogía las maletas y salía de la habitación

-Os voy echar de menos feos-les dije y ellos me abrazaron.

-Te queremos Babette.

Así bajamos las escalaras, de la mano y juntos. Mis pares estaban en la puerta, ni si quiera me acompañarían al avión. Me despedí y  subí al coche.