Pasión y máscaras

3.7K 234 142
                                    

Despido a mi última paciente de la tarde, su chequeo salió bien. Necesito ir a mi casa y descansar un poco, acomodo las cosas restantes en mi escritorio. Escucho unos golpecitos a la puerta.

-Adelante. -Mikasa aparece con una sonrisa y trae algo en mano.

-Eren, temprano te han dejado esto.- Me alcanza un sobre muy elegante.

-Mika, ya es tarde. Puedes irte.

-Oh, bien.- le noto algo decepcionada, estoy seguro que quería saber el contenido, es chismosa algunas veces. Es mi asistente, sus insinuaciones nunca faltan, es soltera y algo interesada, en sexo y dinero.-Adiós, Eren. Nos vemos mañana. -cierra la puerta. Dejo el sobre encima de la mesa.

Me quito la bata blanca y la coloco en el respaldar de la silla giratoria acolchonda de color negro. Me recuesto y estiro un poco. Solo deseo llegar a casa, ponerme pijama y tirarme a ver televisión. Miro el blanco techo con el fluorescente, mi mente divaga. Miro el sobre. Cogo el abrecartas del cajón del lado derecho de mi escritorio. Lo abro. Una invitación. Blanca. Decorada con líneas y espirales de color dorado y letras en cursiva de color rojo.

"Estimado señor Eren Jeager, está invitado a una celebración al estilo Veneciano, en el centro de la ciudad Sina, mansión Ackerman. Se le solicita venir con vestimenta de la época, y máscara de su preferencia. Tiene como fecha el primero de enero a las nueve de la noche. Su anfitrión, Kenny Ackerman le estará esperando"

¿Qué?
Luego de pensar y tratar de recordar a esta persona, caigo en la cuenta de que Kenny era el mejor amigo de mi padre, antes de que se marchara a Francia, en aquel entonces tenía a penas unos quince años, luego no yo, ni mi familia le volvimos a ver.
¿Cómo aún se acuerda de mi? ¿Tuvo hijos? Sólo conviví con él pocas ocasiones.
Veneciana, eh...
Busco trajes en Google acerca de esa época. Me impresiono. Son trajes bastante elaborados, extravagantes, pomposos. De vivos colores y muchos moños raros. Usan máscaras, que es la clave de la fiesta, algunas bastante interesantes y otras..., tétricas.
Pienso mucho en ir o no. Después de todo faltan tres semanas para ello. Lo pienso, lo pienso.
Sólo seré yo.
Conseguir un traje.
¿Dónde?
Llamo a un amigo sastre de etiqueta. Hace una semana vino por un chequeo que realiza cada dos meses. Suena y suena y no contesta.
Intento por segunda vez. Contesta.

-Marco, amigo, ¿cómo estás?

-Eren. Bien ¿y tú?

-Bien, amigo mira. Necesito un favor tuyo. ¿Me podrías confeccionar un traje al estilo Veneciano y una máscara antes del primero de enero? -Ojalá pueda. Tengo curiosidad de ir a la fiesta, además me siento en la obligación. Mi padre no me lo perdonaría si llego a faltar.

-No hay problema. Necesito que vengas mañana en la mañana para tomarte las medidas. En una una semana lo tendrás listo. Hago excepción por ti, amigo.

-Gracias. Sabía que puedo contar contigo.

Seguimos hablando unos cuantos minutos más, hasta que le dejo porque ese hombre habla hasta por debajo de la lengua, diría mi abuela.
Recogo mis cosas y me dirigo a mi casa en mi coche. Pongo la radio, una emisora de cotilleo me atrapa por completo. Llego a mi casa y dejo las cosas en la mesa. Me cambio de ropa. Me acuesto en el sofá mientras enciendo el televisor. Veo National Geographic durante un largo rato.
Mi celular suena. Una llamada. Ah, no puede ser.

-¿Qué quieres, cara de caballo?

-Maldito suicida. Yo que te llamo en el buen plan de amigos y me contestas así. Bueno quiero que te vayas a tomar algo conmigo.

Pasión y máscarasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora