Prólogo

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—Te dije que no lo hicieras —Comenzó ella con su ceño fruncido.

— Lucy, como si me interesara.—contesté caminando con paso lento entre los faroles de la cera, ya era pasada las 1.

Habíamos venido de una fiesta e hice algo totalmente loco, lo cual era haber fumado sólo un poco de hierba y ella estaba exagerando las cosas, claro que se que está mal, pero sólo queria hacer algo diferente en mi aburrida vida.

El viento resoplaba fuertemente, haciendo que nuestros cabellos se hicieran un desastre y, claro escuchar como se quejaba la peli negra.

Caminábamos a mi casa ya que la suya estaba bastante lejos de aquí, la oscuridad y frondosidad de los árboles nos rodeaban ya que cera estaba al lado del bosque y eso era escalofriante, ya saben lo típico de película de terror.

Podía ver los tenebrosos y grandes ojos de los búhos, mirarnos desde la copa del árbol y escuchar las ramas que se movían bruscamente por el viento

*Crack*, escuchamos

—¿Qué fue eso? —me preguntó abrazandose a si misma por el frío, mientras su mirada recorría rápidamente nuestro alrededor

—No lo sé —hablé con serenidad mientras seguia el camino, ya estaba acostumbrada a esto; escuchar ruidos cerca de casa, ojos mirándome desde los árboles, sentirme observada todo el tiempo, eso ya era costumbre

—A-Alessandra...—gire mi cabeza, extrañada al escucharla decir mi nombre completo, pero antes de que preguntara el porqué, su dedo señaló detrás de mi. Mi cuerpo se movió lentamente y mis ojos se enredaron con unos azules mirándonos entre la oscuridad, escuche como Lucy se detenía mientras yo no podía despegar mi vista de ellos

—Rápido —su mano tomó la mía y caminó con rapidez hacia la puerta de casa

Estaba hipnotizada por el extraño y familiar color, que mi corazón latio, no por miedo sino por conmoción, escuché el tintineo de las llaves y ser introducida en la cerradura

—Entra de una vez —exclamó con desesperación, halo mi brazo y cerró la puerta con fuerza

No podía moverme, no sentía nada, ni escalofríos, ni miedo, porque había visto esos ojos una vez, tenía sueños extraños, veía siempre una figura alta, una espalda y luego cuando esa figura se giraba solo podía ver sus ojos. Nada más, eran inescrutables, nigrománticos , equívocos, que me hacían temblar y no de una mala forma

—¡Hey! —Lucy me sacudió por los hombros y me miró preocupada —.¿Estás bien?—me pregunto

—Si, sólo me preguntaba si esos ojos eran de humanos —mire en secreto la puerta antes de girarme otra vez y sonreirle a mi amiga
—Y...¿dormirás en el sofá o conmigo? —pregunté burlona

—Contigo por supuesto —habló dogmática, reímos sonoramente haciendo que mamá bajará con mala cara

Sin duda este día fue extraño, pero diferente a lo habitual.

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