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Estaba ansioso, decidió llamar a la casa de Julia -¿Hola?- respondió una voz.

Daniel suspiró de alivio, era su amiga -Oh, Julia, esto sonará raro, pero no sabes cuánto extrañaba tu voz.-

Una risita se escuchó por la bocina -Aquí me tienes, pero no lo entiendo, nos vimos ayer.-

-Sí, lo sé- ¿Ayer? -¿Hoy pueden salir todos?, tengo muchas ganas de verlos.-

-¡Claro!, pasamos por ti en más o menos 1 hora, te quiero.-

Una enorme sonrisa se formó en sus labios -Yo también.-

En el instante que cortaron la llamada se echó a llorar de la felicidad. Extrañaba tanto escucharla, extrañaba tanto esa sinceridad en su voz, ese 'te quiero.'
No podía aguantar las ganas de abrazarla, y ni hablemos de su novio. Tenía tantas ganas de besar cada una de sus preciosas pecas, de hundir sus dedos en los rojizos rizos de Zarek, de reír con su cómico acento. Quería ofrecerle una disculpa enorme por haber desaparecido, por los malos tratos que recibió cuando quería visitarlo.
No podía esperar más. El tiempo se le hizo eterno.

Pero estaba realmente confundido, Julia había dicho que se habían visto ayer, pero... ¿Ayer?, él había estado encerrado demasiado tiempo, por supuesto que no se habían visto ayer. Bueno, probablemente ella se había equivocado... pero es que no concordaba. No quería darse aires de grandeza, pero se supone que si llevaban tanto tiempo sin hablar, ¿no debió haber sonado más contenta?

Rock n' lovers [gay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora